Cuando se supo que Kyle Korver arribaría a Cleveland desde Atlanta, muchos pusieron una ‘maléfica’ sonrisa al estilo de: «se va a hinchar jugando junto a LeBron». Pues bien. Han pasado cuatro partidos y el balance con este excelente tirador se queda en 1-3. ¿Preocupación? Ninguna.
En un equipo cuya única meta es volver a colocarse el anillo, el resto de la temporada -siempre que no se salga del tiesto- pasa por ser un entrenamiento constante. Sobre esa línea, la de la calma y el aprendizaje, camina Tyronn Lue, quien lejos de mostrar el más mínimo resquicio de dudas, deja claro que el errático rendimiento del equipo en las últimas noches se debe a un nuevo proceso de acoplamiento de piezas.
«Intentamos incorporar a Kyle a la rotación. Los chicos han jugado diferentes minutos con diferentes roles. No sabíamos cómo iba a funcionar nuestra rotación pero teníamos que hacerlo. Fue muy difícil encontrar la rotación correcta respecto a quién juega con quién. Incluso las jugadas se marcaban sobre la marcha. Es justo esto lo que ponía a nuestro equipo en desventaja y evitaba que ejecutásemos cosas que normalmente hacemos sin pensar», expresa a Cleveland.com antes de dejar claro que no busca excusas.
«Nos hicimos con Kyle Korver y tenemos que ser pacientes. En cualquier caso seguimos siendo un buen equipo. Seguimos siendo los campeones y como tal tenemos que jugar».
Despreocupado con la defensa
Los Cavs ocupan actualmente el 14º puesto en rating defensivo al recibir 105,4 puntos por cada 100 posesiones, algo a lo que suman el 45,2% que permiten a sus rivales en tiros de campo (16º peor en la liga). Con esos datos, y siendo aspirante al campeonato, se podría pensar que saltarían las alarmas. Pues no. Lue cree que eso no sirve de referencia respecto a cómo puedan desenvolverse en la postemporada.
«Nunca hemos sido un gran equipo defensivo. Esos no somos nosotros. Cuando llegan los Playoffs somos capaces de utilizar sistemas y cosas diferentes para detener a los rivales de diversas maneras. Estaremos mucho mejor», finaliza.