A Magic Johnson le encanta figurar, ser y sentirse protagonista aunque no toque. Hablamos de una cualidad no necesariamente negativa pero que le convierte en una de las mentalidades más sociales, necesitadas de luces, cámara y acción, de todo Estados Unidos. Por eso a Magic le suele resultar bastante complicado pasar de incógnito por algunos lugares. Como en la temporada actual de los Lakers, de la que también quiere llevarse su proporcional porción de méritos.
El antiguo presidente de los Lakers declaró en una entrevista reciente para el diario The Los Angeles Times que el equipo californiano no estaría en la ventajosa posición actual (récord de 24,4, el mejor de la Liga junto a los Bucks) si él no hubiera estado en la franquicia.
Seguramente pueda tener una pizca de razón, no muchísima, pero ni mucho menos quedó la reputación de Johnson como presidente NBA para ahora encima sacar pecho y vanagloriarse de una marcha por la puerta de atrás y con su despacho (y funciones) medio invadido.
«Este equipo no estaría en la posición en la que está sin mí», pudo declarar Magic Johnson a The Los Angeles Times.
Insistimos que puede tener algo un ápice de razón, pero ni mucho menos su papel como gerente supremo de los Lakers quedará oscarizado en ningún paseo de la fama. Más bien tirando a lo contrario. Literalmente está en lo cierto, pues bajo su mandato se llevaron a cambio movimientos como la liquidación de contratos tóxicos como el de Timofey Mozgov o se drafteó a Lonzo Ball y Josh Hart, que luego serían empleados para conseguir el traspaso de Anthony Davis. No obstante, el contexto se encarga de bajar a la tierra a Johnson, que casualmente pronunció esa frase el día en el que acaudillaba un acto benéfico rodeado de niños. Ese, ni más ni menos, es Magic.
(Fotografía de portada: Streeter Lecka/Getty Images)