Pocas franquicias han sido tratadas, en los últimos tiempos, con más antipatía de la mala fortuna como los Washington Wizards.
Con John Wall lesionado, se supone para toda la temporada, el equipo se ve abocado a vivir hipotecado los próximos cuatro años, justo el tiempo que durará el contrato (supermáximo) del base, de entre 38 y 47 millones anuales. Pero no solo eso mina la moral en el Capitolio; que Isaiah Thomas no pueda iniciar la temporada a ritmo normal por lesión o que Bradley Beal no tenga ni idea de si quiere renovar con los Wizards son también fuentes generosas de preocupación. Y no las únicas.
El último nubarrón ha llegado en forma de lesión, pues la propia organización informó recientemente de que su pívot, Ian Mahinmi, estará de baja al menos durante las próximas seis semanas debido a una lesión, una torcedura, en el tendón de Aquiles.
No hablamos de rotura, como en el caso de Kevin Durant o DeMarcus Cousins, lo que podría haber estirado el período de recuperación hasta cerca de un año. Sin embargo los Wizards han informado de que su pívot será sometido a un tratamiento «conservador» y que volverá a ser evaluado en seis semanas. O sea, que mínimo estará dos meses de baja y se pierde el inicio de la competición, programado para el 22 de octubre.
Papel de los jóvenes
No es que vaya a hundirse el barco por la ausencia de Mahinmi, tampoco dramaticemos. De hecho, esta ausencia supondrá que los jóvenes Rui Hachimura (novato) y Thomas Bryant asuman más responsabilidad desde el inicio de la temporada. No andan demasiado holgados en el juego interior los Washington Wizards y por ello el concurso de los jóvenes será crucial desde el principio.
Ian Mahinmi vive la última temporada de su gran contrato firmado en 2016 (qué año) y que le ha granjeado entre 15 y 16 millones al año. Con seguridad, el próximo contrato que firme el pívot contemplará una cuantía menos inflada.
(Fotografía de portada: Rob Carr/Getty Images)