Stephen Curry disputó un buen partido el domingo ante Los Angeles Clippers, destacando de entre todas las jugadas que realizó esta acción en la que controló el balón de una forma tan rápida y hábil como solo sabe él para irse de cuatro defensores y anotar un triple.
El público se volvió loco, el banquillo de los Warriors lo celebró y Steve Kerr, su entrenador, solo podía sonreír con incredulidad.