Desde que Mario Chalmers llegó a los Memphis Grizzlies, el equipo de David Joerger ha cambiado la escopeta de feria y el pulso de octogenario por tres victorias consecutivas.
El dato tiene todavía más relevancia de la que parece, ya que Chalmers llegó a Tennessee cuando cuatro derrotas seguidas hacían encallar a los Grizzlies en el inicio de competición (3-6).
El peor ataque de la NBA –los datos del artículo que publicamos hace unos días eran sangrantes– ha dado paso a tres encuentros en los que Memphis ha ninguneado los 100 puntos de producción propia: 101, 114 y 122 puntos ante Blazers, Timberwolves y Thunder.
En el levantamiento de los tres últimos partidos, demasiado más que mucho ha tenido que ver el solapamiento de Chalmers en el backcourt ‘grizzlie’. El base anotó 11, 16 y 29 puntos, con un 54,3 en tiros de campo y un estridente 57,9 desde el triple.
Locura desde el triple
Anoche, ante Oklahoma City Thunder, Chalmers se despachó a conciencia, con 4 de 7 en lanzamientos desde más allá del arco.
De complemento en ataque, Chalmers ha pasado a, por el momento, antídoto absoluto del acogotado ataque de los Grizzlies (ya en 6-6).
El ex de los Miami Heat ha resultado el quinto elemento que parece equilibrar la aportación interior y exterior del conjunto que dirige David Joerger.
De hecho, ante los Thunder, el colectivo de Memphis jubiló la puntería empapada: 70 por ciento en tiros de tres y más de 44 en tiros de campo. Y unos días antes, ante Minnesota, 52,9 en triples y 56,3 en tiros de campo.
Así es que Chalmers parece estar siendo el desengrasante que ha limpiado la roña en el exterior de los Grizzlies. Al menos de tal forma está siendo en sus primeros tres partidos con Memphis.