Los inicios de la carrea NBA de Markell Fultz son algunos de los más extraños que nunca le hayan sucedido a un número uno del Draft. Antes de debutar con los Philadelphia 76ers como la joya de la corona de ‘El Proceso’, el base sentía unas molestias en el hombro que no le permitían ni siquiera ejecutar su mecánica de tiro con normalidad. Apenas cuatro partidos en la élite, el ex de Washington tuvo que frenar en seco para reencontrarse y sanar su lesión.
El giro de tuerca fue que no hubo prueba médica que determinase de dónde venían esas molestias. Fueron meses de muchas dudas y rumores infundados que a Fultz le empezaron a afectar seriamente. «Te mentiría si te dijera que no hubo días que pensé en dejarlo. En rendirme», asegura el base de los Magic a The Ringer. «Fue mi peor momento porque el baloncesto siempre había sido algo a lo que acudir para estar en paz. Y ahora no estaba ahí. O, al menos, no cómo yo quería que estuviese».
Él mismo se define como un joven que ya tenía la cabeza muy bien amueblada y que era fuerte mentalmente. Por suerte, aquellas dudas sobre su continuidad «duraron poco». Fultz revela que incluso se llegó a plantear seriamente comenzar a lanzar con la izquierda antes que dejar el baloncesto. El hombro le siguió dando problemas durante toda su etapa en Philly, que apenas duró dos años por la rápida erosión de las relaciones entre el equipo del jugador y el personal de la franquicia en la gestión de su lesión.
Nueva etapa, nuevos problemas
En 2019 llegó Orlando y la promesa de un nuevo comenzar. Fultz volvía a sentirse jugador poco a poco y pisaba los playoffs con los Magic en una temporada complicada para todos por la pandemia, pero la primera que disputó al completo. Sin embargo, al poco de iniciar la siguiente campaña, el cruzado le obligaba a decir adiós a la temporada, suponiendo un nuevo quebradero de cabeza.
Se podría decir que la trayectoria de Fultz nunca ha encontrado llanos ni senderos rectos. Habiendo sólo 26 partidos en dos temporadas, los 60 del curso pasado y los 30 que ya suma en este son una bendición. Pero, a sus 25 años, el base está convencido de tener una larga carrera por delante. De momento, le sobra con ser una pieza importante en un proyecto tan ilusionante como el de Orlando Magic.
(Fotografía de portada de Sarah Stier/Getty Images)