Contaba Masai Ujiri una curiosa anécdota sobre R.J. Barrett cuando apenas era un adolescente. Y es que su padre, estrella del baloncesto canadiense, le llevaba en algunas ocasiones a los partidos de los Raptors donde coincidían con un talentoso dirigente que daría de que hablar en la NBA.
«Cada vez que lo llevaba a un partido, me lo traía a mí. En cada ocasión», relató Masai Ujiri al diario NY Post. «Él me decía: ‘Aquí está mi hijo. Le encanta el baloncesto. Por favor, dile algo’. Cada vez», explicó.
Barrett fue la selección más alta del Draft de los Knicks desde que consiguieran el número 1º con Patrick Ewing. Una carrera con numerosos altibajos y que quizás haya encontrado el lugar idóneo en su Toronto natal.
«¿Qué pienso de él? ¿Si puede crecer? Absolutamente. Tiene 23 años, y creo que a veces los jugadores jóvenes se encuentran en esas situaciones. Y para ser honesto, en ocasiones al inicio de sus carreras no están en el lugar adecuado. Esperamos que con él haya sido así y pueda estar mejor», destacó.
Quizás el dirigente esté en lo cierto. Tanto Barrett como su compañero Immanuel Quickley se han adaptado a las mil maravillas en su diez primeros encuentros con los Raptors. Barrett está mejorando en sus porcentajes, y Quickley asumiendo galones como titular, lo que tanto ansiaba en Nueva York que no podía hacer con Brunson a su lado.
Barrett venía de lanzar un 42% en tiros de campo y apenas un 30% en triples con los Knicks. Y desde que es un Raptor ha subido hasta el 55% y el 40% respectivamente.
«Es un sistema distinto por lo que obtienes otra apariencia. Así que creo que he estado haciendo un gran trabajo capitalizando la ofensiva», reconoció Barrett.
De Quickley sobran los palabras. Él quería brillar, y Thibodeau no le daba más de 25 minutos por encuentro salvo en contadas ocasiones. Erik Spoelstra alucinaba en su enfrentamiento del pasado miércoles: «Esto probablemente haya sido muy estimulante para él. Estamos ante un jugador muy peligroso que es muy infamable».
Precisamente en el triunfo ante los de Miami, que llegaron a dominar hasta por 37, Quickley se destapó bien a gusto: 17 puntos, 9 asistencias y 8 rebotes en su haber.
Pero no todo es oro lo que reluce. Mientras los Knicks han dado con la tecla y ostentan un 8-2 desde el traspaso de Anunoby. Los Raptors, todo lo contrario. Apenas suman una victoria en seis partidos antes de enfrentarse a los Knicks esta próxima noche en el Madison Square Garden.
«Diría que R.J. (Barrett) ya se ha establecido aquí, y la verdadera oportunidad es para Quickley», comentaba su compañero Gary Trent Jr. «Estamos funcionando con él. Tienen todas las oportunidades para salir ahí fuera y jugar duro», añadió.
Reencuentro en el Garden
Los Raptors ya están en la Big Apple a la espera de enfrentarse esta próxima madrugada a partir de las 01:30 horas española. Será el reencuentro de Quickley y Barrett con la exigente afición Knickerbocker, y de paso también lo será el de Anunoby contra su antiguo equipo.
«Los conozco. Me conocen. Va a ser una noche muy divertida», reconoció Barrett. «La verdad es que han estado jugando muy bien. El traspaso ha funcionado muy bien para ambas partas», señaló.
Ambos jugadores no aguardan ninguna duda. Muy queridos por los aficionados neoyorquinos esperan un gran recibiendo en su vuelta al mítico Garden. ¿Será la revancha para ellos?
(Fotografía de portada: Cole Burston/Getty Images)