Matt Barnes ha puesto el punto y final a su carrera. Justo tras colocarse el anillo de campeón en la pasada campaña con Golden State Warriors, el alero de 37 años ha decidido que ha llegado el momento de dejar el baloncesto y dedicar su tiempo a otras cosas, entre ellas su familia.
Para anunciar su adiós ha optado por su cuenta de Instagram, donde en unas pocas líneas ha valorado lo conseguido durante sus 14 temporadas NBA, dando especial importancia a los amigos que ha hecho en el camino. Estas son sus palabras:
«¡Tuve una carrera genial de 15 años! ¡Viajé por el mundo conociendo a gente genial, algunos serán hermanos por el resto de mi vida! PERO AHORA… Me dices que puedo vestirme así para reuniones de negocios y ¿hacer más dinero fuera de la cancha de lo que gané? ¡¡¡y pasar más tiempo con mis hijos !! !! ¡Ha … Yoooo, el que se suponía que sería una mierda y terminé haciéndolo! ¡Hagámoslo! Ámame u ódiame, LO HICE A MI MANERA!»
Número 46 del Draft de 2002, Barnes supo labrarse una carrera pese a que su juego nunca estuvo rodeado de brillantes y fantasía. Fueron 8,2 puntos y 4,6 rebotes por partido, pero su importancia no entiende de propósitos tangibles.
Con un carácter y determinación fuera de toda duda, Barnes se convirtió en ese jugador que siempre querías en tu equipo y que odiabas tener en contra. Cierto es que su a veces excesiva efervescencia le ha causado problemas fuera de la pista, desde la archiconocida pelea con Derek Fisher hasta un altercado por el que se declaró culpable este verano, pero no empaña un camino por la liga en el que muchos compañeros han alabado su profesionalidad.
Modo nómada
Barnes ha disputado un total de 14 temporadas repartidas por hasta nueve equipos. Clippers, Kings, Knicks, 76ers, Warriors, Suns, Magic, Lakers y Grizzlies le han visto sudando su camiseta. Fue en Phoenix donde vivió su mejor años estadístico. Con el sol de Arizona sobre sus hombros promedió 10,2 puntos, 5,5 rebotes y 2,8 asistencias.
Una lesión, un anillo
La campaña de Barnes parecía acabada cuando Sacramento Kings lo cortó en febrero de 2017. Con 36 años y con pocos huecos libres, el futuro se veía negro. Todo cambió en cuestión de segundos, justo lo que pasaron entre un Kevin Durant en plena forma y otro lesionado. Los Warriors, que tenían pensado reforzarse con José Manuel Calderón, optaron finalmente por un viejo conocido –estuvo con ellos en los curso 2006-07 y 2007-08–. Ayudó durante la ausencia de Durantula, puso su granito de arena en playoffs y se hizo con el anillo.
Nueva ocupación
Sin contrato para la temporada que comenzó a mediados de octubre, Barnes habla ahora de pasar más tiempo con sus hijos, pero no es lo único que lleva haciendo los últimos meses. Sin que el baloncesto ocupe su mente, Barnes se ha dedicado a dirigir una fundación que ayuda a recaudar dinero para pacientes con cáncer, algo que quiere extrapolar al mundo universitario con UCLA. Su intención es establecer un fondo de becas para niños que venzan el cáncer y quieran asistir a la universidad.