La segunda victoria de los Lakers no pudo llegar de forma más agónica. Los angelinos derrotaron por 120-117 a los Pelicans en un encuentro que necesitó de una prórroga para decidirse, prórroga que forzaron sobre la bocina, tirando de épica y de la mano del protagonista más inesperado de la noche. Matt Ryan, una de las últimas adiciones al fondo de armario de la plantilla, se vistió de héroe en el último segundo de partido para enviarlo al tiempo extra, dando a los suyos cinco minutos añadidos en los que llevarse el triunfo.
Nueva Orleans ganaba por tres puntos (108-111) con solo 1,3 segundos por jugarse, obligando a los locales a buscar un triple a la desesperada. Conocedor de los problemas de los suyos en el tiro exterior (estaban en un 24,2% de acierto), Darvin Ham dio entrada a Ryan, el lanzador más eficiente del equipo en catch & shoot y diseñó una jugada para él que no pudo salir mejor. Davis puso un buen bloqueo ciego, Reaves lanzó un pase milimétricamente preciso a la otra punta del campo, y alero anotó la canasta que más ha celebrado el Staples Center en bastantes meses.
Esta acción dejó tocados a los Pelicans, que tras un gran último cuarto en el que habían gestionado mejor el duelo, se vinieron algo abajo en la prórroga y acabaron sufriendo su tercera derrota del curso. C.J. McCollum tuvo en sus manos un triple que podría haber devuelto el empate al electrónico en los últimos segundos y forzado un segundo tiempo extra, pero su lanzamiento no entró y el triunfo se quedó en Los Ángeles.
Los Lakers se hicieron así con su segunda victoria consecutiva, mejorando además sus prestaciones en ataque con respecto a los encuentros anteriores. Este fue el choque en el que más puntos han anotado los de Ham durante el curso, y aunque sería fácil atribuir dicho logro a los cinco minutos extra de la prórroga, lo cierto es que los 111 tantos sumados al final del último cuarto eran ya la cifra más alta de la temporada. Y curiosamente, llegó sin necesidad de un gran partido de LeBron James y Anthony Davis en esta faceta.
Ambos se quedaron en unos 20 puntos que, siendo una cantidad nada desdeñable, se aleja de sus registros más dominantes, aunque ambos lograron ser determinantes gracias a su aportación en otros aspectos. El alero, que firmó un mejorable 9/23 en el tiro, rozó de hecho el triple doble al terminar con 10 rebotes y 8 asistencias, mientras que el pívot, con 15 capturas y 4 tapones, fue fundamental con su presencia interior. No obstante, otros cuatro compañeros les acompañaron en dobles dígitos, destacando un Lonnie Walker IV que ha arrancado el año con un fantástico rendimiento.
El ex de los Spurs terminó el duelo como máximo anotador con 28 tantos, y de hecho fue, con su 5/9 en triples, el encargado de que el equipo mantuviera un nivel de acierto exterior salvable mientras sus compañeros estrellaban el balón contra el aro una vez tras otra. Russell Westbrook, por su parte, volvió a encontrarse más cómodo en su rol de sexto hombre y alcanzó los 13 puntos con un 60% de acierto, a los que añadió 9 asistencias y 7 rebotes, aunque sus 6 pérdidas lastraron un tanto su noche. Troy Brown Jr. fue también importante con 15 tantos, mientras que Matt Ryan terminó con 11.
En los Pelicans, que siguen sin poder contar con Brandon Ingram, Zion Williamson fue el más destacado con 27 puntos, 14 de los cuales llegaron en un fantástico último cuarto. El ala-pívot estuvo seguido por los 20 de McCollum, quien, por su parte, brilló en un tercer periodo en el que los visitantes remontaron 16 tantos de diferencia y volvieron a engancharse a un duelo que se les había puesto muy cuesta arriba. De hecho, los de Luisiana se habrían llevado el choque de no ser por los dos tiros libres que Dyson Daniels falló con 1,4 segundos por jugarse, errores que dieron a Ryan la oportunidad de ponerse la capa de héroe con el triple final.
(Fotografía de portada: Harry How/Getty Images)