En Dallas vuelven a acordarse de lo que es sonreír. Apenas unos días después del despido de Nico Harrison, destinado en gran medida a acabar con el irrespirable clima que rodeaba al equipo, los Mavericks han podido volver a llevarse una alegría plena con su victoria ante los Blazers por 138-133, una victoria que no los saca de pobres pero que les permite volver a recordar lo que era disfrutar del baloncesto y de su equipo. Lo cual, tal como estaba la cosa, no es poco.
Los texanos se llevaron un triunfo muy trabajado en un choque en el que tuvieron que ir remando continuamente a contracorriente y que parecía que nunca iban a ser capaces de controlar. Y es que, aunque las desventajas no eran muy grandes, sí eran continuas. Cada pequeño parcial local encontraba inmediatamente una respuesta por parte de Portland, que se mantuvo al frente durante casi todo el encuentro hasta que, ya mediado el último cuarto, Naji Marshall culminó la remontada.
Fue un 2+1 del alero lo que dio a los Mavericks su primera ventaja en casi 40 minutos, lo cual sin embargo estuvo lejos de darles el partido. Esta acción estuvo seguida de dos cosas: la primera, un intercambio de golpes aún más duro que el anterior que hizo al marcador cambiar de líder en varias ocasiones hasta reflejar un empate a 118-118; la segunda, una pequeña sequía que impidió a cualquiera que lo intentase romper la igualdad.
En otras palabras: los ingredientes para una prórroga de manual.
Y en ella, fue Dallas quien prevaleció. Sin fallar un solo tiro de campo y con grandes acciones defensivas, acabaron tumbando a unos Blazers que volvieron a dar síntomas de inconsistencia y que cayeron ante el hambre de un equipo que parecía necesitar mucho más el triunfo. Y, aunque de a nivel de aspiraciones para lo que queda de curso quizás no era así, a nivel anímico es incuestionable que así era.
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— NBA (@NBA) November 17, 2025
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Más rodaje para Flagg
El cuadro de Jason Kidd estuvo liderado una vez más por Cooper Flagg, quien, ya ubicado en su posición más natural, está pudieron desplegar su talento de manera más consistente y demostrando el enorme potencial que se le veía. El rookie lideró al equipo en anotación con 21 puntos, los mismos que P.J. Washington, a los que añadió 8 rebotes, 5 asistencias y 2 tapones en una noche en la que volvió a demostrar madurez a la hora de tomar decisiones en el clutch.
Los Blazers, no obstante, contaron con hombres aún más inspirados, pues Shaedon Sharpe y Deni Avdija, con 36 y 29 tantos respectivamente, firmaron granes actuaciones que se fueron sin premio. Los Blazers apenas encontraron aportación de los hombres de banquillo y tuvieron que fiarlo todo a su cinco inicial, que llegó con menos gasolina al final del encuentro y lo acabó pagando.
(Fotografía de portada: Kevin Jairaj-Imagn Images)
