Mavs y Pelicans se enquistan en el pozo de la NBA

Dos proyectos con ilusiones de pelear por los Playoffs están firmando un inicio de temporada para el olvido. Los Mavericks, una de las franquicias más estables en la parte alta del Oeste durante los últimos años, se colocaron con un balance de 0-5 tras caer en casa por 95-105 ante los Blazers de un letal Damian Lillard, certificando el peor inicio de la historia del equipo.

Por su parte, los Pelicans siguen sin traducir la presencia de Anthony Davis, uno de los mejores jugadores de la NBA, en victorias. Esta vez, fueron los Suns los que rompieron el corazón de New Orleans con una apurada victoria en tiempo extra por 111-112, la segunda consecutiva del equipo entrenado por Earl Watson.

Sin victorias y sin Nowitzki

Hay pocos jugadores que hayan empezado más encendidos que Damian Lillard. El base castigó con saña la frágil defensa de los Mavs, terminando con 42 puntos (5/6 en triples) para mantener su brutal ritmo.

El base se convirtió en el quinto jugador en las últimas 30 temporadas que suma al menos 200 puntos en los 6 primeros partidos de temporada de su equipo, sumándose a una serie de anotadores de leyenda como Michael Jordan, Shaquille O’Neal, Kobe Bryant y Stephen Curry.

Pero la derrota no fue la peor noticia de los Mavs. Dirk Nowitzki no pudo acabar el partido por culpa de unas molestias en el tendón de Aquiles que le tendrán fuera, al menos, durante una semana. En ausencia de su máximo referente, fue J.J. Barea el que tomó la responsabilidad con 23 puntos, pero insuficiente ante unos Blazers mucho más lanzados. Desde la fundación de la franquicia en 1980, los Mavericks nunca habían empezado una temporada con 0-5, incluso en su terrible primera mitad de la década de los 90. Malos presagios para una temporada que puede hacerse muy larga sin un Nowitzki recuperado.

Final de lágrimas

Los Pelicans tuvieron un partido más completo, pero igualmente descorazonador. Ante Phoenix, al contrario que en otros partidos, Anthony Davis (22 puntos y 11 rebotes) encontró mejores apoyos de sus compañeros, destacando los 19 de Terrence Jones en su primera titularidad con New Orleans. Buena receta para, al menos, forzar un partido igualado y competido hasta el final ante los voluntariosos Suns, impulsados con el mejor partido de la joven carrera de Devin Booker.

El joven escolta, con 20 años recién cumplidos, terminó con 38 puntos, y consiguió además la canasta que forzaba el tiempo extra. La extraordinaria actuación de Booker, especialmente en un último cuarto donde anotó 11 de los 21 puntos de los Suns, mantuvo con vida a Phoenix hasta la prórroga, donde la igualdad fue máxima hasta la última posesión.

T.J. Warren, inspiradísimo esta temporada, se encontró una autopista a la pintura imposible de desaprovechar para conseguir la canasta ganadora, manteniendo en el fondo de la NBA a unos Pelicans sin consuelo.


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