McGrady entra en el Hall of Fame: “Merezco estar aquí”

Ayer viernes, en el Symphony Hall de Springfield, tuvo lugar la ceremonia de inducción al Basketball Hall of Fame, que para este 2017 contó con la entrada de once nombres que ya están en la historia del baloncesto estadounidense y mundial.

Tracy McGrady, Bill Self, Jerry Krause, Rebecca Lobo, Muffet McGraw, Nikos Gallis, Mannie Jackson, Zack Clayton, George McGinnis,Robert Hughes  y Tom Jernstedt fueron los nombres que, desde esta edición de 2017 y para siempre, serán miembros del  Basketball Hall of Fame.

El jugador que más expectación levantó fue Tracy McGrady, quien recibe así el merecido premio a una carrera brillante, sin fortuna en los playoffs NBA y con el lunar, para muchos, de no haberla rematado con un anillo.

“Cualquiera puede ganar un campeonato, no todo el mundo puede entrar en el Hall of Fame”, había declarado T-Mac en las semanas previas a la ceremonia de inducción del viernes 8 de septiembre. Unas palabras que levantaron polvareda, pero sobre las que volvió el excelente escolta durante el discurso posterior a su inclusión en el Salón de la Fama.

“Tenía un montón de pensamientos en mi mente de por qué no merecía estar aquí. Me puse a pensar en todos estos grandes de la NBA, que habían logrado tantas cosas grandes. Entonces comencé a compararme a ellos. Era demasiado fácil concentrarme en lo que no tienes y lo que has logrado, pero estoy agradecido por aquellas personas se fijaron en mí y creyeron en mí, tal vez cuando yo siempre no creía en mí mismo”.

McGrady, nº 9 del Draft de 1997, disputó 16 temporadas en la NBA, fue All-Star de manera ininterrumpida desde 2001 a 2007, máximo anotador de la NBA en 2003 y en 2004, Jugador Más Mejorado de 2001 y miembro del Mejor Quinteto de la NBA en los años 2002 y 2003. El principio de siglo XXI vio al mejor McGrady posible, entre Orlando y Houston, donde dejó perlas como aquellos 13 puntos en 33 segundos contra San Antonio, en una de las remontadas individuales más épicas que se recuerdan.

Se retiró con 938 partidos de liga regular a sus espaldas y unas medias de 19,6 puntos, 5,6 rebotes y 4,4 asistencias. McGrady es uno de los 100 máximos anotadores históricos de la NBA (nº 67, con 18.381 tantos) y sólo en el último episodio de su carrera, cuando fichó en 2013 por los Spurs para los playoffs tras haber jugado en China, pudo disputar unas Finales de la NBA. Aquella era la primera y última vez que T-Mac superaba una ronda de playoffs. Cayó en las Finales ante los Heat de LeBron James.

“Sí, merezco estar aquí”

En el citado discurso, McGrady aseguró merecer ser miembro del Hall of Fame. “Sí, merezco estar aquí”. Un convencimiento al que le ha costado llegar, puesto que en febrero, cuando se conocieron los nombres de los agraciados, entre ellos el suyo, McGrady dudada de que hubiera hecho méritos para ser parte de tan prestigioso lugar en la historia del baloncesto universal. Fue su mujer quien le hizo mirarse al espejo y convencerse de que sí, de que era justo el premio.

“Mi esposa sabía algo sobre mí que todavía yo tenía que admitir y decir en voz alta», dijo McGrady. «Había una razón por la que quería que me mirara en ese espejo y dijera que merecía estar en el Salón de la Fama”.

Ese campus de 1996

Un desconocido jugador de secundaria fue invitado a un campus de Adidas, donde la estrella era Lamar Odom. A McGrady le dieron el dorsal número 175, que representaba las pocas expectativas que tenían en él los rectores del evento. El escolta acabó como segundo mejor jugador de aquella cita, sólo por detrás del propio Odom, y puso los ojos de los scouts sobre él. Tras ello, jugó un curso en la Mount Zion Christian Academy y se apuntó al Draft de 1997.

«Nadie tenía idea de quién era Tracy McGrady», llegó a decir el ejecutivo de Adidas, Sonny Vaccaro. «Jugué contra los mejores del mundo en ese momento. Dejé ese campamento como el jugador número 1. Del 175 al número 1», recordó en su discurso McGrady.

Los otros galardonados

T-Mac fue la cabeza más visible de una lista de Hall of Fame 2017 que contó con los nombres de: Jerry Krause, arquitecto de los gloriosos Bulls y recientemente fallecido; Rebecca Lobo, estrella de la Universidad de UConn y campeona olímpica con Estados Unidos en 1996; el entrenador de Kansas, Bill Self; Muffet McGraw, entrenadora del equipo femenino de la Universidad de Notre Dame; Robert Hughes, el mejor técnico de siempre del High School; Tom Jernstedt, antiguo ejecutivo de la NCAA; Mannie Jackson y Zack Clayton, exjugadores de los Harlem Globetrotters; Nikos Gallis, mito del baloncesto griego y europeo y George McGinnis, antigua estrella de la ABA y exjugador de la NBA.


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