Memphis ahonda en los problemas de los Warriors a domicilio

En sus últimos diez partidos, los Warriors han jugado cinco como locales y cinco como visitantes. El balance, un equilibrado 5-5 con pleno de victorias en casa y pleno de derrotas a domicilio. De hecho, los de Kerr no ganan un partido lejos del Chase Center desde enero, y los últimos en castigar dicha incapacidad han sido los Memphis Grizzlies.

Sin Ja Morant y sin Steven Adams, los de Tennessee dominaron claramente a Golden State y se impusieron por 131-110 tras ir por delante de principio a fin. El cuadro de Jenkins arrancó el choque con un primer cuarto excelso en el que, gracias a sus ocho triples, lograron anotar 48 puntos y ponerse 20 arriba, abriendo una distancia a la que los visitantes nunca pudieron dar la vuelta. Los Warriors firmaron varios parciales contundentes con los que sí redujeron diferencias, pero los Grizzlies tenían la ventaja suficiente como para poder aguantar el golpe y reaccionar.

De esta forma, los esfuerzos de Stephen Curry y Jordan Poole, autores de 29 y 22 tantos respectivamente, solo sirvieron para dar emoción a algunos tramos de un duelo que sin embargo acabó bastante desnivelado. Sin Andrew Wiggins ni Gary Payton, los californianos tuvieron bastantes problemas para contener la ofensiva local, y vieron cómo en el último cuarto la diferencia volvía a dispararse ya sin opción a recortarla.

Tyus Jones, con 22 puntos y 11 asistencia, volvió a ocupar con una admirable solvencia el puesto de base titular de Memphis, y los 21 tantos que sumaron tanto Jaren Jackson Jr. como Desmond Bane ayudaron a desarbolar a la defensa visitante. En general, incluso aquellos hombres con roles menores tuvieron buenos tramos de partido y ayudaron a los Grizzlies a construir o conservar sus ventajas, mientras que Golden State sufrió mucho al sacar a sus hombres importantes de la pista, especialmente a Stephen Curry y Draymond Green.

Tensión entre Green y Brooks

El duelo tuvo también algún que otro momento de tensión, aunque la cosa no llegó a pasar a mayores en gran medida porque Draymond Green así lo quiso. Tras robar un balón y anotar una canasta, Dillon Brooks fue claramente a buscar al ala-pívot y trató de encararse con él, pero el de los Warriors no le prestó atención y se dirigió a la línea de fondo para tratar de poner el balón en juego. Donde sí le dedicó un tiempo fue en sus declaraciones posteriores, en las que afirmó que no iba a dejarse provocar de forma tan sencilla para que le sacaran una técnica.

«Pensó que podría ponerme el anzuelo de la misma manera que se lo ponen a él» comentó. «A mí me pitan técnicas cuando quiero que me las piten, no cuando otros me tientan. Creo que esa es la diferencia entre él y yo. Si yo le hiciese eso a él acabaríamos con una doble técnica porque él me respondería, pero no lo ha sido porque yo no he reaccionado».

El de los Warriors habló también acerca de la rivalidad con los Grizzlies, con quien parece haber ciertas tensiones desde el cruce de los pasados playoffs: «Para que haya una rivalidad primero tiene que ganar un equipo y luego tiene que ganar el otro. No vale que un equipo vaya a por ti y te hable como si pudiera ganarte. Nosotros hemos ganado cuatro veces y creo que su franquicia no tiene ningún anillo, así que no puedo considerar que exista una rivalidad. Cualquiera puede ganar en marzo. A mí me cuesta salir de la cama en marzo».

Brooks, por su parte, lo vio de otra manera: «Cuando ganaron el anillo el año pasado seguían hablando de nosotros. No se olvidan de quiénes son los Grizzlies. Se levantan deseando jugar contra nosotros».

(Fotografía de portada: Justin Ford/Getty Images)


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