Los Grizzlies han marcado un camino y lo están recorriendo con paso firme. Anoche, recibiendo a los Pistons, no tuvieron problema alguno para vencer –tal y como demuestra el 118-88 final– y sumar la que es su séptima victoria consecutiva.
El choque tuvo poca historia. Al concluir el primer cuarto los de Tennessee estaban ya 14 puntos arriba. La tendencia no cambió a lo largo del choque. En el tercer cuarto la renta superó los 20 puntos y en el último hablábamos ya de 30. Son dos equipos en momentos opuestos, y el parqué lo dejó claro.
«Los muchachos entendieron cuál era el plan de juego.Creo que salieron e hicieron un gran trabajo marcando la pauta desde el primer cuarto. Hablamos de que teníamos que seguir haciendo lo mismo. Afortunadamente aprovechamos esa ventaja y pudimos seguir igual hasta el final», comenta Taylor Jenkins, head coach de los Grizzlies.
A título individual, el máximo anotador de Memphis volvió a ser Ja Morant, quien en esta ocasión concluyó su actuación con 22 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias. Los Grizzlies contaron con hasta otros cinco jugadores en dobles figuras de anotación, destacando los 18 tantos de Dillon Brooks y los 14 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias que aportó Tyus Jones desde el banquillo.
Detroit, sin energía
Los Pistons llegaban a Memphis en el segundo partido de un back-to-back, algo que según explica Dwane Casey tuvo un efecto inmediato en el rendimiento de sus chicos, a quienes les faltó energía para plantar batalla a su rival.
«Nuestro medidor de combustible estaba bajo. Nuestra energía tampoco estaba allí; tanto en los muchachos que salieron desde el banquillo como los que fueron titulares. Realmente es algo que se demostró con nuestros disparos. Todo se quedó corto. Lo repito, tenemos que se un equipo que plante cara a la adversidad. Cada noche que saltes a la cancha va a ser un tiroteo», sentencia.
(Fotografía de Justin Ford/Getty Images)