El primer cuarto pudo sepultarles, pero consiguieron darle la vuelta a la tortilla.
En el comienzo de partido, los Celtics se pusieron 21 puntos arriba en Memphis; y los locales fueron capaces de recomponerse y acabar llevándose un trabajado partido por 101-98.
El juego interior de Zach Randolph fue clave en la consecución de la remontada, haciéndose fuerte donde más le hacía falta al equipo y logrando 25 tantos y 13 rebotes.
Tony Allen también fue importante en esa tare al contribuir a 10 pérdidas de balón por parte de Boston. “Ganar nunca va a ser fácil”, señalaba el escolta.
En el lado visitante, Isaiah Thomas fue el auténtico estilete con 35 puntos de los Celtics, que no pudieron encestar un triple final que hubiese empatado en el encuentro y que dio a Memphis su quinta victoria en siete partidos.
“Es muy frustrante porque hemos acabado perdiendo. Hemos hecho nuestro partido en la primera mitad, pero hemos jugado a su juego durante la segunda”, explicó Thomas al finalizar el enfrentamiento.