Miami abre las Finales del Este asaltando el Garden

Los Heat quieren seguir haciendo historia en estos playoffs. Los de Florida han arrancado las Finales del Este llevándose un triunfo por 116-123 del TD Garden y poniendo por tercera vez consecutiva el factor cancha a su favor tras el Game 1 de la eliminatoria. Y se podría decir que, tras lo visto en las dos rondas anteriores, ya no sorprende. Pero no es cierto. De alguna manera este equipo transmite una sensación de todos a una, de sobreponerse a sus limitaciones y de explotar cada virtud que sigue asombrando.

Los de Spoelstra se hicieron dueños del encuentro en el tercer periodo, al que salieron dispuestos a responder el parcial de 19-10 con el que Boston había cerrado la primera mitad. Con Al Horford como único interior para alejar a Bam Adebayo del aro y favorecer el spacing, los Celtics vivieron en el tramo final del segundo cuarto sus mejores minutos de la noche, generando mil vías hasta la pintura con las que anotar con mucha facilidad. Se fueron a vestuarios transmitiendo una notable sensación de superioridad, pero esta sería borrada de la pista por una eficiencia ofensiva casi irrepetible.

La estadística recoge que Miami firmó un 17/26 (65,4%) en sus lanzamientos en el tercer cuarto, pero el efecto Mandela seguramente haga que los presentes en el TD Garden recuerden un 17/17. Porque eso es lo que se sintió. Los visitantes anotaron 46 puntos, el récord de la franquicia en un cuarto en un partido de playoffs, en 25 posesiones, es decir, una media de 1,86 puntos por cada posesión. Y todo en una especie de trance colectivo que les impedía fallar un tiro.

Llovieron triples de Kevin Love y Max Strus, lanzamientos de media distancia de Adebayo, tiros de Jimmy Butler desde cualquier posición… Boston no encontró la manera de frenar el bombardeo, y su ventaja de 13 tantos pronto se convirtió en una desventaja de 12 cuando sonó la bocina que indicaba el final del tercer parcial. Los Heat habían llegado al partido tirando la puerta de una patada.

Tuvo mucho que ver también la gran labor defensiva, que no solo cortó el ritmo de Boston sino que favoreció las canastas en transición o pillando descolocada a la defensa. Con los interiores más cerca del aro y las férreas marcas exteriores para evitar triples abiertos, la puesta en escena de Miami tras el descanso fue extraordinaria también en este lado de la cancha, y de hecho les permitió sumar casi tantos puntos en el tercer cuarto como Boston en toda la segunda mitad (50).

Balones a Jimmy

La exhibición ofensiva de los visitantes no se trasladó al cuarto periodo, en el que la vuelta de Robert Williams a pista dio a los Celtics la contundencia interior necesaria para intimidar a los hombres de Miami y cubrió las espaldas a los exteriores para permitirles aferrarse mejor a sus marcas. Boston subió notablemente el nivel atrás en los últimos 12 minutos y las carencias de los Heat para generar realmente empezaron a notarse, lo que, con el choque cada vez más apretado, les hizo depositar toda su ofensiva en un solo hombre. Adivinad quién.

A veces es difícil hablar de la importancia de Butler en estos Heat sin que parezca que se desmerece u olvida a sus compañeros, que hicieron un gran partido. Caleb Martin volvió a estar en cada balón suelto o dividido y volvió a anotar un triple clave, Adebayo fue fundamental en defensa y ejerció de segunda espada en ataque, Strus y Vincent siguen siendo letales desde el perímetro, Lowry y Love cambiaron la dinámica del partido con irrupciones puntuales… Pero, a la hora de la verdad, fueron Butler y solo Butler.

Miami no sumó una canasta en los últimos 8 minutos que no estuviera anotada o asistida por Jimmy. Y no solo eso. Las posesiones consistían muchas veces en cuatro jugadores buscando cómo hacerle llegar el balón y molestando lo menos posible para que hiciera algo con él. No fue demasiado bonito de ver y de hecho tampoco fue demasiado efectivo (se quedaron en 20 tantos en el cuarto parcial) pero fue suficiente. Y lo fue porque Butler también hizo de las suyas atrás.

A los 35 puntos y 7 asistencias que sumó en el lado ofensivo, hubo que sumar un total de 6 robos con los que el alero firmó su nuevo récord en playoffs, y desesperó a unos Celtics que a ratos se preguntaba de dónde podían salir tantas manos y que fueron víctimas de sus pérdidas. Jayson Tatum, en concreto, encadenó tres en apenas un minuto y medio que impidieron a los suyos terminar de buscar la remontada en el tramo final, dando un cierre muy pobre a un encuentro que estaba siendo muy bueno hasta el momento. Con 30 tantos, lideró a los suyos casi de principio a fin y de hecho uno de los principales peros que se le podía poner al último cuarto de los de Mazzulla era lo poco que estaban buscándole, pero cuando por fin le hicieron llegar el balón los errores individuales le pasaron factura.

Boston repite por tanto su tropiezo inicial de la serie ante los 76ers, convirtiendo el Game 2 casi en una victoria obligada si no quieren verse con la soga al cuello nada más empezar la serie. Por si alguien aún lo dudaba, a este octavo clasificado hay que tomárselo muy en serio. Porque si le das media oportunidad, ya se ha visto lo que pasa.

(Fotografía de portada: Adam Glanzman/Getty Images)


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