Los dos conjuntos con los que Shaquille O’Neal logró sus cuatro anillos no son lo que eran. Miami es hoy un equipo huérfano de talento con Dwyane Wade en Chicago y Chris Bosh en casa, y los Lakers se ilusionan más por un proyecto a largo plazo que por el presente. Los Heat ganaron su enfrentamiento por 115-107, pero fue O’Neal quien acaparó la atención.
Cargando a Shaq de honores
Miami retiró el número 32 que el pívot llevó durante cuatro años y un campeonato en una ceremonia celebrada al descanso. Curiosamente, una ceremonia que llega dos días después de que los Lakers anunciaran que iban a redoblar el honor (ya retiraron su número en 2013) al dedicarle una estatua en el Staples Center. Quizás por ello, O’Neal lució ostensiblemente un anillo de campeón durante la ceremonia. No el que logró con Miami, sino uno de los tres celebrados en Los Ángeles.
De poco importó en la cancha. Los Lakers, pese a un buen inicio de partido (17-25 en el primer cuarto), se fueron diluyendo poco a poco. Las ausencias de jugadores importantes tanto en el cinco inicial (Julius Randle, ausente por el nacimiento de su primer bebé) como en el banquillo (los tocados Larry Nance Jr., Tarik Black y José Manuel Calderón) se pagó en la rotación de Luke Walton.
Ilusionante Winslow
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Miami, pese a tener también lesionados en su rotación, encontró más opciones al final. Justise Winslow jugó uno de sus mejores partidos como profesional con 23 puntos (10/16 en tiros de campo), 13 rebotes y 4 robos, acompañando a los líderes del equipo. Hassan Whiteside (23 puntos y 13 rebotes) y Goran Dragic (21 puntos y 7 asistencias) no decepcionaron ante la presencia de Shaquille O’Neal.
En los jóvenes Lakers, fueron los treintañeros Lou Williams (27 puntos) y Nick Young (20 puntos) los máximos anotadores, sin evitar lo que es ya su undécima derrota en los 12 partidos disputados en diciembre, siendo el peor equipo de este mes. Las lesiones han acelerado un regreso a la realidad tras el espléndido comienzo de temporada.