Cualquier entrenador sueña con obtener el máximo rédito en cada uno de los partidos que sus jugadores disputen. Lo complicado es lograr que suceda tanto en los encuentros que se juegan fuera como los de casa. Sin embargo, cuando en una de las dos circunstancias el equipo se hace tremendamente fuerte y convierte sus duelos en un fortín en el que es el otro el que sale siempre perdiendo, también toca celebrarlo.
Esa es precisamente la situación a la que se enfrentan ahora mismo los Heat, que han hecho de Miami un lugar inexpugnable hasta la fecha y acumulan un 5-0 en sus partidos como anfitriones. El último en pasar por allí y caer derrotado ha sido New Orleans, que recibió un 109-94 en su visita a casa de Erik Spoelstra.
En esta victoria cabe destacar la actuación de Jimmy Butler, quien se encontraba enfermo y aún así estuvo cerca de completar un triple-doble, gracias a sus 16 puntos, 13 asistencias y 8 rebotes. Kendrick Nunn, otro que está de gracia en este primer tramo de la temporada, acabó con 22 tantos a sus espaldas. Bam Adebayo se fue hasta los 18 puntos y 14 rebotes.
Muchas bajas en Pelicans
Las lesiones dejaron a Alvin Gentry con no demasiadas posibilidades de variar en la alineación que presentaron ante Miami. Por diferentes motivos y particularidades físicas, los Pelicans no contaban anoche con J.J. Redick, Jahlil Okafor, Brandon Ingram, Lonzo Ball, Josh Hart y Darius Miller. O sea, el grueso de la plantilla.
“Creo que nuestros chicos han jugado con mucha intensidad. Pero se nos ha acabado la gasolina, para ser honesto. No teníamos suficientes jugadores para plantar cara hoy”, aseguró el técnico de los de New Orleans.
Nickell Alexander-Walker se fue hasta los 27 puntos, incluyendo seis triples. E’Twaun Moore anotó 18 tantos y Jrue Holiday aportaría 14.
(Fotografía de portada de Kevin C. Cox/Getty Images).