El dueño de Charlotte deja claro que su acto sobre su jugador fue en un tono completamente amistoso
Las collejas de Michael Jordan a Malik Monk han dado la vuelta al mundo. Ya saben, el pasado miércoles los Hornets derrotaban agónicamente a los Pistons con una canasta de Jeremy Lamb casi sobre la bocina. Cuando se dio esta acción, parte del banquillo de Charlotte invadió la pista creyendo quizá que el duelo había terminado. Pero restaba menos de medio segundo, por lo que los colegiados señalaron una técnica a favor de Detroit y posesión. Un acto que pudo costarles el partido a los Hornets, aunque finalmente quedó en un susto.
“Fue un gesto cariñoso”
Jordan, dueño de los Hornets y al lado del banquillo, no podía creer que Malik Monk pudiera arruinarle el partido. Cuando comprobó en las pantallas del pabellón que había sido él quien había invadido la pista, le soltó dos collejas como reprimenda. Un gesto que luego por las sonrisas posteriores se vio que era algo amistoso.
Por si acaso, el propio Jordan ha querido dejarlo claro. “Fue un gesto cariñoso”, apuntó este jueves a Associated Press. Jordan, que se comunicó con la agencia de noticias a través de su portavoz, Estee Portnoy, señaló que no hubo malicia en sus collejas. “Sin intención negativa. Solo amor”. Jordan definió el momento como una situación que se da entre un hermano mayor y un hermano pequeño.
“Gran, gran, gran hermano”, comentó entre risas este jueves por su parte el propio Monk, en declaraciones recogidas por ESPN. “No fue nada. Solo estaba jugando. Lo que pasa que es Michael Jordan y cualquier cosa que haga será noticia. Hoy todo el mundo tiene un móvil. No estoy sorprendido”, sentenció sobre el hecho de que esos segundos se convirtieran en virales.