El cierre del entrenamiento de los Warriors de este lunes tuvo un final peculiar. Mike Brown, quien reemplaza a Steve Kerr como entrenador mientras éste se recupera de sus problemas de espalda, tuvo que ausentarse por culpa de una intoxicación alimentaria. En una situación bastante atípica, su sustituto a la hora de atender a los medios de comunicación fue el propio Kerr, presente en las instalaciones de los Warriors.
Sustituyendo al sustituto
El técnico titular de Golden State aprovechó para considerar poco probable su participación en las Finales contra Cleveland dirigiendo a su equipo desde el banquillo, aunque sin cerrar la puerta de forma absoluta. Y si bien la baja de Mike Brown sirvió para que Kerr diera de primera mano una actualización de su estado, también puso de relevancia la peculiar suerte que los entrenadores de los Warriors están teniendo últimamente.
Por supuesto, lo de Brown no tiene la gravedad de la de su entrenador jefe, quien ha batallado en las dos últimas temporadas con nauseas y migrañas causados por una pérdida de fluido espinal tras una operación de espalda. El ex-técnico de Cleveland, quien se reencontrará con LeBron James en las Finales, no pudo presentarse al entrenamiento por una intoxicación causada por una ensalada. Una situación «de pesadilla» que no le impedirá volver este martes a los entrenamientos.
Sin notar la zozobra
El sistema de los Warriors, eso sí, ha mostrado suficiente fortaleza para superar estos inconvenientes. En 2015-16, el entonces asistente Luke Walton tomó el control del equipo mientras Steve Kerr encontraba remedio a sus problemas de espalda, logrando un espectacular balance de 39-4 en sus 43 partidos entrenados. En los presentes playoffs, Golden State no conoce la derrota con Mike Brown dirigiendo al equipo, con 10 victorias acumuladas. Suficiente para permitir que Steve Kerr pueda permitirse ayudar en un rol de menor intensidad y, en ocasiones, ejercer de sustituto de su propio reemplazo.