Parecía una utopía dos meses y medio atrás, pero Miami tiene todo el aspecto de un equipo de playoffs. El equipo de Erik Spoelstra logró a domicilio una victoria de mérito frente a un directísimo rival como Detroit. Eso sí, los Heat necesitaron una aparición casi celestial de Hassan Whiteside en las últimas décimas para amarrar su triunfo por 96-97, dejando de paso a los Pistons tocados de muerte en su lucha por superar la temporada regular.
Miami dominó
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— Miami HEAT (@MiamiHEAT) March 29, 2017
De la irregularidad de Detroit dependió gran parte del partido. Sus momentos de brillantez se combinaban con otros de desespero, en la línea de un equipo que recibía a Miami en plena racha de 6 derrotas consecutivas. Sin Reggie Jackson, retirado de la rotación por decisión de su entrenador Stan Van Gundy, el peso ofensivo de Detroit caía en Ish Smith (19 puntos y 6 asistencias) y Kentavious Caldwell-Pope (25 puntos), a la postre los mejores de su equipo.
Pero Miami aprovechaba su mejor coordinación colectiva para mantener su consistencia. Goran Dragic (28 puntos) y James Johnson (16) lideraban a los Heat, que pese a todo echaban de menos la pólvora del aún tocado Dion Waiters. Los Pistons seguían jugando a rachas, enlazando por fin una más sólida en el último cuarto que les llevaría a ponerse por delante en el marcador. Las urgencias de la clasificación parecían por fin hacer efecto.
Sin fortuna en Detroit
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Un terrible último minuto de Stanley Johnson sería el principio del fin. Una técnica y una pérdida en los segundos decisivos daban aire a Miami, que se encontró con una última posesión para decidir el partido. James Johnson fallaba el primer intento, Goran Dragic recuperaba el rebote ofensivo pero tampoco remataba. Con el partido a décimas de expirar, era finalmente Hassan Whiteside el que superaba a un perdido Andre Drummond y dejaba el balón dentro de la canasta con un palmeo mientras el tablero se iluminaba para señalar el final del partido.
El Palace de Auburn Hills enmudecía mientras los jugadores de Miami se abalanzaban sobre Whiteside para celebrar la victoria. La canasta del pívot, perfectamente válida, caía como un jarro de agua fría para unos Pistons que ven cada vez más lejanas sus opciones de playoffs, ahora 10º con un balance de 34-41. Los Heat, por contra, se fueron a dormir todavía octavos del Este, con 36-38, y con dos partidos ante los virtualmente eliminados Knicks a continuación. El optimismo está más que justificado en South Beach.