Milwaukee vence a los Pelicans en la reaparición del mejor Jahlil Okafor

Los Milwaukee Bucks sumaron su tercera victoria consecutiva tras derrotar a los New Orleans Pelicans por 123-115. Pese a que hay varios equipos apretando por detrás, los de Mike Budenholzer siguen aferrándose a la segunda posición del Este, y aunque han pasado por varios picos en su rendimiento nadie parece ser capaz de sacarlos de ella. Los Pelicans, por el contrario, continúan sin terminar de despegar, y ahora que equipos como Houston o San Antonio han empezado a escalar cada vez tienen menos tiempo para llegar al nivel que se espera de ellos.

El curioso caso de Okafor

Los de Luisiana llegaban anoche a Milwaukee con dos bajas importantes en la zona interior: Nikola Mirotic, que lleva algunos partidos alejado de las pistas, y Julius Randle, que sufrió un esguince de tobillo en el encuentro anterior. Esto obligó a Gentry a apostar por un quinteto formado por cuatro jugadores abiertos y Anthony Davis como pívot, pero los problemas no acabaron ahí, pues antes de que acabara el primer cuarto Davis se marchó a vestuarios tras una torcedura de tobillo. La pintura quedaba casi desierta.

Le llegó el turno entonces a Cheick Diallo, pero bastaron 5 minutos en cancha para ver que aquello no funcionaba. Gentry volvió a mirar entonces al banquillo, y allí solo encontró a Jahlil Okafor, ese pívot tan prometedor como decepcionante al que solo había dado oportunidades residuales en partidos sin historia. Había que probar.

Okafor entró a cancha, y los buenos resultados no se hicieron esperar. El ex de los Nets comenzó a dominar la pintura y a anotar una canasta tras otra, el balón circuló como nunca por el perímetro de los de Nueva Orleans, y los triples fueron cayendo uno tras otro de la mano de hombres como Darius Miller o Jrue Holiday. El segundo cuarto se cerró con un parcial 8-24 para los Pelicans, y las sensaciones no cambiaron tras el descanso.

Pero entonces Okafor se sentó y Anthony Davis, aparentemente recuperado, volvió a pista. No tiene por qué existir una correlación tan directa como parece, pues lo cierto es que la defensa de los Bucks creció notablemente en la segunda mitad, pero el ataque visitante jamás volvió a fluir como en el tramo final del segundo periodo. Parecía que Okafor, autor de 17 puntos en 13 minutos, merecía una nueva oportunidad sobre el parqué, pero Gentry no se la dio. Quizás en otro partido le lleguen más minutos. Anoche, sin duda, hizo méritos para tenerlos.

Profundidad como gran virtud

En los Bucks, el buen hacer de los hombres de banquillo fue crucial en la consecución del triunfo. Jugadores secundarios como Tony Snell, autor de 13 puntos con un 3/5 en triples, o D.J. Wilson, que capturó 10 rebotes y tuvo un importante impacto defensivo, cumplieron con creces su rol y dotaron a Milwaukee de dos quintetos bastante equilibrados. Además, dada la irregularidad que mostró Middleton y la floja versión de Bledsoe, tanto George Hill como Sterling Brown estuvieron presentes en tramos decisivos del choque.

No obstante, como de costumbre, todo giró en torno a Giannis Antetokounmpo, que, sin llegar a ofrecer su mejor versión, acabó con 25 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias. El griego perdió el duelo individual frente a Anthony Davis, que anotó y reboteó más (27 tantos y 11 capturas) en menos minutos, pero volvió a ser la piedra angular del esquema de Budenholzer y gran artífice de una nueva victoria de los de Wisconsin. Si esto último sigue dándose, quizás no le importe ser superado numéricamente por otros candidatos al MVP.

(Fotografía de portada: Matthew Stockman/Getty Images)


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