La NBA pasó de cero a cien en lo que a entrada de público a sus recintos se refiere. Apenas pasaron un par de jornadas de playoff para volver a ver las gradas cerca de cubrir el aforo máximo. La vuelta de aficionados al estadio era prioritaria después de un año de pabellones silenciosos. No solo por el dinero que se había dejado de ganar con la venta de entradas, también por lo que supone para la salud social y el atractivo deportivo.
Ahora, lejos ya de esa prisa por regresar, algunas franquicias están comenzando a retocar su derecho de admisión. A partir del 16 de enero los aficionados de los Timberwolves deberán acudir a los partidos con mascarilla obligatoria. Y después del día 30 de este mes, tendrán que presentar la pauta de vacunación completa contra el COVID-19 o una prueba negativa realizada y contrastada por un organismo médico en las 72 horas previas.
Los Celtics también exigirán las mismas pautas a partir del día 15. Con estos serán 16 los estadios con dichas medidas respecto a la entrada de público. A su vez, hace semanas que los Toronto Raptors han reducido drásticamente su aforo permitido ante la amenaza de la última ola. Canadá, obviamente, va a un ritmo distinto del resto de la liga y el próximo 21 las puertas del Scotiabank Arena se cerrarán al público hasta nuevo aviso.
(Fotografía de portada de C. Morgan Engel/Getty Images)