Cuando comenzó la temporada casi todos los analistas situaban a Minnesota un peldaño por encima de New Orleans. Esta noche ese pronóstico se ha cumplido.
Los Timberwolves se han impuesto en su visita a la cancha de los Pelicans por 98 a 104, ganando nuevamente un partido apretado —algo que costaba mucho en temporadas anteriores— y enfilando noviembre con un balance (5-3) que debería empezar a irse alejando del 50 por ciento de victorias. Los Pelicans, por el contrario, no parecen haber avanzado mucho desde abril y su marca (3-5) así lo atestigua.
Durante los últimos 40 segundos una canasta de Jimmy Butler —23 puntos en total— y un robo de Andrew Wiggins —18 puntos— poco después ayudaron a conseguir la tercera victoria seguida para los Wolves. Lo que el año pasado hubiera sido una derrota casi segura —perder 22 balones, desechar una ventaja de dos dígitos en el último cuarto y Karl-Anthony Towns en uno de sus peores partidos con solo 2 puntos (sí, 2)— esta vez resultó en un nuevo triunfo que sumar al casillero.
The best buckets by Jimmy Buckets in NOLA ? pic.twitter.com/AwuxYgeK2p
— Timberwolves (@Timberwolves) 2 de noviembre de 2017
“Es un sentimiento diferente”, comentó Towns tras el encuentro a Associated Press. “Tenemos un nivel diferente de confianza”.
Los Pelicans siguen buscándose a sí mismos
Sabemos que DeMarcus Cousins y Anthony Davis van a responder cada noche, pero aún seguimos sin comprobar si este equipo responderá de forma constante. Cousins así lo reconoce al explicar que son un equipo que en el que están “descubriéndose” entre ellos y “averiguando qué es lo mejor para nosotros y dónde es mejor ubicar a cada uno”, aunque no esconde que “confía de forma extrema” en su equipo.
Cousins aportó 35 puntos y 9 rebotes con 5 de 10 en triples y Davis sumó 24 puntos y 10 rebotes. En el debe de Cousins hay que anotar sus 8 pérdidas de balón, el 40 por ciento de las 19 que perdieron los Pelicans.