La planificación de los New York Knicks –y sobre todo la contratación de Mikal Bridges– ha acumulado numerosos elogios; sin embargo, hay un pequeño lunar que amenaza con convertirse en un verdadero problema. ¿De qué hablamos? De la posición de pívot.
Sin margen para retener a Isaiah Hartenstein, los neoyorquinos han visto a su pívot volar hasta Oklahoma City, una pérdida que se une a la doble cirugía a la que se sometió Mitchell Robinson la temporada pasada en su tobillo izquierdo. Sí, aún restan dos meses para que la NBA regrese y Robinson debería tener tiempo para ponerse a punto, pero la realidad a día de hoy es distinta.
Según informa Ian Begley de SNY, el center aún no ha sido autorizado por los servicios médicos para realizar actividades de alta intensidad durante su rehabilitación; es decir, verle entrenando a pleno rendimiento es una opción que ni se contempla a estas alturas.
Si mediado el mes de mayo, cuando se produjo la segunda intervención en la articulación del pívot, se hablo de que se actualizaría su estado en unas seis u ocho semanas, ahora la información empieza a llegar a cuentagotas. Sí, no sorprende que haya dudas, ya que Robinson se está empezando a ver como un jugador frágil que en dos de las últimas cuatro campañas sólo ha podido jugar 31 partidos.
(Fotografía de Sarah Stier/Getty Images)