Las temporadas de Grizzlies y Timberwolves están tomando rumbos cada vez más opuestos. Memphis venció esta madrugada a los de Mineápolis por 114-103 para hacerse con su novena victoria del curso, un triunfo que les mantiene en la tercera posición de la Conferencia Oeste, posición contraria a la que ocupan los de Chris Finch. Con su tercera derrota consecutiva, los Wolves caen al tercer puesto por la cola, y siguen dando motivos para la preocupación tras la gran apuesta de este verano.
Los Grizzlies dominaron el duelo prácticamente de principio a fin, permitiéndose un último cuarto relativamente plácido en el que llegaron a ir ganando por 15 puntos y mantuvieron siempre un colchón suficiente como para evitar sufrimientos de última hora. Si bien no puede decirse que fuese un triunfo fácil para ellos, sí dieron la sensación de tener el choque controlado en todo momento, especialmente en una segunda mitad en la que Minnesota fue siempre a contracorriente.
Los 28 tantos, 10 rebotes y 8 asistencias de Ja Morant ayudaron a que así fuera. El base comandó una vez más a los de Tennessee con una actuación sensacional, en la que quizás abusó demasiado del tiro exterior (2/10 en triples) ante la gran altura del juego interior de los Timberwolves pero en la que no renunció a buscar el aro de formar regular. De hecho, con 62 puntos en la pintura, Memphis no pareció intimidarse ante Rudy Gobert, cuya presencia por sí sola no parece bastar para compensar las desatenciones defensivas de varios de sus compañeros.
Las segundas oportunidades fueron también fundamentales para los de Jenkins, que con 15 rebotes ofensivos se llevaron claramente esta batalla. Steven Adams, que capturó 5 de ellos, fue el gran dominador en este aspecto, el cual fue para Finch decisivo en la resolución del choque.
«Creo que hemos sido más constantes en nuestro esfuerzo que ellos, pero el partido ha estado marcado por sus rebotes ofensivos» aseguró el técnico. «Nos han destrozado bajo los tableros. De resto, hemos hecho muchas de las cosas que planeamos hacer».
Igual de determinantes fueron los problemas de faltas de Karl-Anthony Towns, que pudo disputar solo 26 minutos tras cometer cuatro personales en la primera mitad, obligando a Finch a reducir su presencia en pista. Una vez de vuelta, el pívot acabó cometiendo las dos que le faltaban para ser expulsado, lo que le hizo poner rumbo al banquillo con tres minutos aún por jugarse y con solo 13 puntos en su haber.
Esto obligó a Anthony Edwards a tirar en solitario del equipo, y lo cierto es que, con 28 tantos, respondió de forma eficiente. El escolta pudo esta vez encontrar vías hacia la pintura para anotar con solvencia, lo que le hizo lanzar con un 62,5% de efectividad (10/16) y mantener a los suyos a una distancia no demasiado grande hasta el final. Con 6 asistencias y 6 rebotes redondeó una actuación completa pero insuficiente para dar aire a unos Timberwolves a los que se les están acumulando problemas en este inicio de temporada.
(Fotografía de portada: David Berding/Getty Images)