Había ciertas dudas sobre si Tyronn Lue sería capaz de relegar a uno de los miembros de su Big Three al banquillo para encabezar la segunda unidad, pero en ningún momento se debatió sobre su posición. Pues bien, ahí estuvo la clave del partido.
Kevin Love, en la encrucijada durante toda la temporada entre valedores y detractores, jugó ayer un gran partido de 28 puntos y 13 rebotes. Pero la historia es que los Pistons también mantuvieron el nivel durante tres cuartos, dejando todo a resolver en los doce minutos finales. Y fue ahí donde intervino la pizarra del joven técnico de los Cavaliers ejecutando un cambio poco previsible.
Con Timofey Mozgov desplazado de la titularidad y finalmente con Love continuando de inicio, era Tristan Thompson el encargado de ocupar la demarcación de ‘5’. De hecho Thompson es dos centímetros más bajo que el foward de Santa Mónica (2,06 por los 2,08 de Love), pero la antagónica diferencia de virtudes —el tiro de tres, la capacidad para penetrar y hacer daño desde el pick&pop— empujaban de forma irremediable a Thompson bajo los aros.
Un pívot falso pero efectivo
No obstante, Love acaparó el monopolio de la pintura por indicación de su entrenador en el último cuarto y los Cavs lograron un +13 con este novedoso esquema. Stan Van Gundy quitó además en los últimos minutos a Drummond para evitar un posible ‘hack‘, lo que facilitó más aún la labor de Love.
Un nuevo arma de Lue, ante el que sin duda buscará respuesta Stan en el segundo partido ya al cobijo del público de la Motown.