Estaba más que cantado y los Pacers lo han hecho oficial en la tarde de este lunes: Nate McMillan será el nuevo entrenador jefe del conjunto afincado en Indiana.
Como asistente de Frank Vogel durante las tres últimas temporadas, McMillan vuelve a dar el salto al puesto de honor en un banquillo NBA con la total complicidad de Larry Bird, presidente de operaciones de la entidad de Indianapolis.
OFFICIAL: The Indiana #Pacers have named Nate McMillan as their head coach. Story: https://t.co/1k0Bjzx0tL pic.twitter.com/dmhqz7dqiT
— Indiana Pacers (@Pacers) May 16, 2016
«De veras creo que Nate es el entrenador correcto para este tiempo», alegó el propio Bird en la conferencia en la que presentó a McMillan como nuevo técnico.
«Cuando me enteré de que estaba interesado, me puse en contacto con él, nos reunimos y en nuestra conversación tuve toda la confianza del mundo en que Nate liderase nuestra franquicia a donde queremos llegar. Su experiencia como jugador, entrenador y asistente en la NBA son activos muy válidos para nosotros», añadió el jefe Bird.
McMillan firmó un compromiso por tres años como técnico principal de los Pacers, según pudo publicar Adrian Wojnarowski para The Vertical.
Jugador y entrenador
Como jugador, McMillan llegó a la NBA en 1986 y, tras doce temporadas en los Sonics, su número fue retirado en la franquicia antes hospedada en Seattle. Destacó por sus facultades como defensor y su nombre se mantiene segundo en los rankings de robos y asistencias de los Supersonics.
Como técnico jefe, McMillan mantuvo dos experiencias: una en los propios Sonics (del 2000 al 2005) y, acto seguido, en los Portland Trail Blazers hasta el 2012. De ambas jefaturas depoertivas, McMillan obtiene un rédito de 478-452 en forma de récord.
Decisión de Bird
El ascenso de McMillan como head coach de Indiana contrasta en cierta medida con los motivos dados por Larry Bird cuando decidió no continuar con Frank Vogel al aparato.
Para el presidente de los Pacers, Vogel no era lo suficientemente amigo del ataque y del dinamismo en canasta contraria. A cambio del ya extécnico, llega McMillan, quien no se ha caracterizado nunca por artificios ofensivos. Sus equipos nunca fueron precisamente centellas en posesión del balón (88 posesiones cada 48 minutos por las 96,6 de Vogel esta última temporada).
Además, su anteposición defensiva tampoco encaja demasiado en lo que Bird decía buscar.