Los Pelicans ya están en playoffs. Venciendo a los Clippers en un partido loco, el equipo de Willie Green regresa a la postemporada tras tres temporadas de sequía para enfrentarse en primera ronda a Phoenix. ¿Lo tienen prácticamente imposible? Cierto, pero simplemente disputar tal eliminatoria ya tiene gran mérito.
Cuando decimos partido loco, no exageramos. Por momentos pareció que New Orleans lo tenía muy cerca; en otros, que los angelinos se disponían a cantar victoria. Siendo mejores en el primer tiempo, los de Luisiana llegaron a verse hasta 15 puntos arriba que fueron 10 al descanso. El choque parecía encarrilado, pero recibieron un duro parcial de 20-2 para iniciar la segunda mitad que los dejó heridos, pero no muertos.
Aunque lo más lógico –y justificable– era hundirse al jugárselo todo a partido único en casa del rival, los Pelicans terminaron sacando carácter ganador. Así, levantaron una desventaja de hasta 13 puntos al inicio del último cuarto con un parcial de 14-1 para verse a siete minutos del final empatados en el marcador. A partir de ahí simplemente fueron mejores para sellar un gran triunfo.
«Esa victoria fue muy grande. Fue un partido emotivo con un montón de altibajos. En nuestro caso, nuestra mentalidad es simplemente saber que vamos a seguir luchando. No nos vamos a desvanecer», expresa Willie Green, head coach de los de Luisiana.
No le falta razón. Los Pelicans han enfrentado toda la temporada sin su mejor jugador, Zion Williamson, y además han debido reponerse a un cruento inicio de campaña en el que se vieron con un balance de 1-12. Perseveraron y ahora tienen su premio.
En el plano individual, Brandon Ingram fue el mejor de los suyos al irse hasta los 30 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias. Le acompañó C.J. McCollum con 19 puntos, si bien no estuvo tan acertado de cara a canasta como en otras ocasiones al concluir con un 9 de 24 en tiros de campo. Ya desde el banquillo, tanto Larry Nance Jr. como Trey Murphy III se fueron a los 14 tantos.
Sin Paul George
Fue el golpe definitivo en una temporada de mala fortuna para los Clippers. Poco antes de comenzar el choque los californianos supieron que no podrían contar con Paul George, ya que había entrado en los protocolos de salud y seguridad de la NBA. A su ausencia se sumó la de Luke Kennard al sufrir dolor en los isquiotibiales. Demasiadas piedras en el camino. Los 27 puntos que aportaron tanto Marcus Morris como Reggie Jackson fueron insuficientes. El curso se ha acabado para unos Clippers que pueden irse con la cabeza alta.
(Fotografía de Harry How/Getty Images)