Lo vivido anoche en el Smoothie King Center fue una auténtica masacre. Steve Kerr dio descanso a todos sus titulares (pese a tener un balance de 8-9) y los Pelicans hicieron trizas a la segunda unidad de los californianos hasta un más que contundente 128-83.
No hubo partido. En el primer cuarto New Orleans ganaba por 19 puntos y a partir de ahí la renta no hizo más que subir hasta una diferencia final de 45 puntos… Jugar sin Stephen Curry, Klay Thompson, Andrew Wiggins y Draymond Green fue dar demasiada ventaja a un buen equipo como son los de Luisiana.
«Entendemos que tenemos una responsabilidad en esta liga, siendo la franquicia que somos, y debemos intentar dar el mejor espectáculo que podamos cada noche; sin embargo, eso también incluye mantener la salud de los muchachos a largo plazo. Nosotros no controlamos el calendario. Me siento muy mal por los aficionados pero, en última instancia, nuestra responsabilidad es asegurarnos de que nuestros jugadores estén presentes durante todo el año», expresa Steve Kerr.
Sin sus estrellas en pista, los Warriors no pudieron hacer nada para evitar que Brandon Ingram se mostrase imparable. El alero se fue hasta los 34 puntos y recibió los elogios de su entrenador, Willie Green.
«Estuvo fantástico durante todo el partido. Jugó con fuerza. Cuando decidió ir a la canasta, estuvo rápido. Fue bueno verlo realizar un partido muy completo», comenta.
Regreso de Zion
Así es. Tras tres partidos alejado de las canchas, Zion Williamson retornó anoche a la acción en un cómodo encuentro en el que solo estuvo en pista 23 minutos para firmar nueve puntos y cinco asistencias. Cuestionado por el tiempo sobre el parqué de su jugador, Green aclaró que se debió a la amplia distancia en el marcador y no a restricción alguna. Zion por su parte, acabó feliz por volver a jugar. «Estaba muy emocionado por estar de vuelta. Conseguimos una gran victoria. La partitura habla por sí sola», sentencia.
(Fotografía de Sean Gardner/Getty Images)