Zion Williamson: ganar no estaba prohibido

Un respiro para un vestuario hundido. Un triunfo balsámico para unos Pelicans que recuerdan lo que es ganar, liderados por un Zion contundente en ataque.

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Por Enrique Bajo

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El 5 de noviembre, nuestro compañero Aitor Darias lanzó una pregunta al foro. No era retórica, si no cargada de intención: ¿nos creemos a estos Chicago Bulls?

Veinte días después, y con el monosílabo conteniéndose en la boca, toca dejarlo salir. Pues si la montaña de derrotas que había sucedido a la gran racha inicial no era suficiente, perder ante los New Orleans Pelicans –equipo colista de la Conferencia Oeste– es la confirmación definitiva de que no: no nos los podemos creer.

Con un balance de 3 victorias y 7 derrotas en los diez últimos partidos, los Bulls han pasado de mandar en el Este a casi abandonar los puestos de play-in. Y ya no solo pierden, sino que son vapuleados por uno de los peores ataques de la NBA. Pero anoche los Pels más bien parecieron los Rockets, al endosarle 143 puntos al conjunto de Illinois ofreciéndoles, por fin, una pequeña alegría a su desconsolada afición.

Y lo hicieron de la mano de un Zion Williamson que sumaba su tercer partido consecutivo desde que regresó el pasado día 20. Y hay que decirlo: ganen o pierdan, el equipo tiene otra cara si está él.

Presentaron batalla a Denver, cayeron por tres puntos frente a Dallas y ahora han vencido a Chicago. La cosa no va de darles esperanzas, pero sí de entender que, con el quinteto al completo, los Pelicans no son una franquicia de 3-15 como marca su récord.

Ante los chicos de Billy Donovan, Zion aprovechó la falta de un buen rim protector e igualó su mejor anotación de la presente temporada con 29 tantos, a los que sumó 2 robos y un tapón. Y al más puro estilo Ben Simmons: sin tirar un solo triple. De hecho, no ha lanzado ni uno solo en lo que va de campaña.

Pero ante Chicago no les hizo falta, porque el control del rebote fue tan apabullante (19 rebotes ofensivos, por 4 del rival) que lograron compensar esos siete triples de más que anotaron los visitantes.

Monopolio del rebote

No estuvo ni mucho menos solo Williamson, ya que hasta otros siete miembros de los Pelicans se fueron por encima de los diez puntos, incluyendo un Saddiq Bey que fue de lo más destacado con su doble-doble de 20 tantos y 13 capturas, así como un Yves Missi que, desde el banquillo, sumó la friolera de 10 rebotes en tablero ajeno.

¿Caso aislado o el comienzo de algo? Lo veremos, pero los del interino James Borrego tienen una oportunidad estupenda de hilar el miércoles dos triunfos consecutivos ante un rival lejos de su mejor versión: los Memphis Grizzlies.

Lo que está claro que es si juega Zion Williamson, los Pelicans son un equipo que no solo se deja ver, sino que incluso apetece, por ratos, sintonizar. En ocho partidos disputados, el ala-pívot promedia 22,4 puntos, 5,4 rebotes, 4 asistencias y 2 robos. Lejos aún de sus mejores guarismos de temporadas pasadas.

(Fotografía de portada de Stephen Lew-Imagn Images)

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