Tras dos derrotas consecutivas, los Pelicans sonrieron en Illinois. En un partido igualado y sufrido, los de Luisiana estuvieron más acertados en los instantes finales para terminar venciendo 111-115.
Fue una auténtica batalla. Desde mediado el tercer cuarto ningún equipo se distanció más de cuatro puntos para que ya entrados en el último minuto el marcador reflejase un empate a 109. Es justo ahí cuando New Orleans definió el partido. Mientras Brandon Ingram, autor de 22 puntos, acertaba su lanzamiento, DeMar DeRozan erraba el suyo y en la siguiente posesión perdía el balón. Entre Zion Williamson y Herbert Jones certificaron la victoria desde la línea de tiros libres.
«No fue culpa de nadie más. La responsabilidad estaba sobre mis hombros», expresa DeRozan, quien se despidió del encuentro con un sabor agridulce tras firmar 33 puntos con un 14 de 26 en tiros de campo.
El escolta de Chicago estuvo acompañado por los 23 puntos de Zach LaVine y los 18 de Nikola Vucevic. Fueron insuficientes para evitar que los Bulls cayesen por tercera vez en cuatro partidos para colocarse con un balance negativo de 6-7.
Para Willie Green, head coach de los Pelicans, estos simplemente hicieron lo que tenían que hacer en la recta final del partido, momento en el que Brandon Ingram tomó el mando con pleno acierto. El alero señaló al concluir la noche que Zion Williamson le dijo antes de iniciar el último cuarto que había que dar un paso al frente. «Se volvió hacia mí antes del comienzo del último cuarto y me dijo: ‘Vamos a mejorar un poco'». Dicho y hecho.
Zion estuvo en pista 31 minutos para alcanzar los 19 puntos. Jonas Valanciunas por su parte brilló con un doble-doble de 21 puntos y 13 rebotes. Los Pelicans se colocan en la octava plaza de la Conferencia Oeste con 6-5.
(Fotografía de Michael Reaves/Getty Images)