Lo anunciamos ayer en la previa como uno de los grandes peligros que sobrevolaban el duelo entre Denver Nuggets y Golden State Warriors; y se ha cumplido.
Que Nikola Jokic no tiene ‘defensa’ capaz de anularle por completo, lo sabemos todos. Que darle facilidades es una pésima idea, también. Pero eso es precisamente la pintura de GSW actualmente: una facilidad por la que hincharse a anotar.
Tanto por nombres como por sistema, una de las prioridades de Steve Kerr al ejecutar su plan defensivo es dibujar una línea exterior asfixiante para evitar que el balón llegue en posición cómoda a la zona pintada. Porque una vez ahí, la cosa se le complica.
Ya no hay un Andrew Bogut, un Draymond Green en su prime, un Kevin Durant fabuloso en las ayudas o un Kevon Looney con rodillas de las que tirar. La plantilla de San Francisco carece de centímetros, de intimidadores y de rivales pesados de los que zafarse en el juego de espaldas. Por eso, atacarle con balones al poste, es de las mejores estrategias posibles en esta temporada 2024/25.
Ni que decir tiene lo que pasa cuando es Nikola Jokic quien está delante.
HOJA DE TIRO DEL OPONENTE

Sin respuesta
Golden State es el equipo de la NBA al que más le tiran entre 5 y 9 pies de distancia del aro (de 1,5 a 2,7 metros), es decir, entre la zona restringida y el centro de la botella. Un total de 13,2 intentos de canasta por partido, siendo el quinto conjunto que sufre un mayor acierto rival en acciones desde esa distancia (46,2%).
Mike Malone lo tuvo claro anoche y no se anduvo con experimentos ni gestos de caballerosidad. Jokic sabía lo que había e hizo un problemón del problema, marchándose hasta los 38 puntos y 10 rebotes (+23 en el +/-), moviéndose con libertad por territorio rival.
El serbio distribuyó el balón a placer desde el poste bajo y apenas encontró oposición cuando quiso terminar él mismo en la ‘zona de dolor’ de los Warriors, ya fuese en aclarados o ejecutando (como pasador/finalizador) el pick-and-roll.

Además brilló también al otro lado, provocando varios robos que se convirtieron en puntos fáciles en transición.
Y ya van cinco
El broche lo puso en una de las últimas acciones del encuentro, pues con los Warriors a una canasta de empatar, fue Jokic quien se plantó ante Kuminga y le puso un gran tapón para terminar de cerrar un partido bonito e igualado pero que, al igual que los cuatro anteriores, terminó por darle la espalda a los de Steve Kerr (119-115), sumando su quinta derrota consecutiva y alejándole del liderato del Oeste, donde estaban no hace tantos días.
Aún así y a pesar de la derrota, los Warriors estarán en la siguiente fase de la Copa NBA, ya que habían hecho los deberes anteriormente, cosa que los Nuggets no, y a quienes este triunfo no les basta para clasificar a cuartos de final.