Nikoloz Tskitishvili, uno de los etiquetados como ‘fiascos del Draft’, quiere otra oportunidad en la NBA. El georgiano, que mide 2,13 y puede jugar como pívot o ala-pívot, ha cumplido 32 años y se ha sincerado en declaraciones a Christopher Dempsey, de The Denver Post.
Tskitishvili debutó muy joven en Georgia y, tras pasar por la liga eslovena, se ganó por sus cualidades un puesto en el Benetton Treviso de Mike D’Antoni, con el que ganó el campeonato italiano. Ese mismo año se presentó al Draft de la NBA y con tan solo 19 primaveras fue seleccionado en el puesto nº5 por los Denver Nuggets, una de las elecciones más altas de la historia para un jugador europeo.
Y es que Tskitishvili prometía y mucho. Pero no estaba preparado. «Es muy difícil tomar esa decisión, draftear a un muchacho joven sin experiencia, que no está preparado ni física ni mentalmente«, reconoce el jugador. «Arriesgas mucho. Confiaron mucho en mi, pero no les di una oportunidad».
«Fue mi culpa, no la de Kiki», afirma en referencia al que cumplía su primer año como GM de los Nuggets, Kiki Vandeweghe. «Debería haberle escuchado. Yo le decía: ‘Quiero ser traspasado. Quiero tener otra oportunidad’. Él se oponía. Por eso le respeto. Él me quería y tendría que haberle escuchado».
Vandeweghe reconoce que tenía muchas cosas en mente, como el posible traspaso de Nene Hilario, y que no pudo ver jugar a ‘Skita’ en persona antes de elegirle. Sin embargo no duda a la hora de elogiar sus cualidades: «Era alguien con mucho talento, un siete pies que podía tirar y correr. Muy atlético. Tenía toda la pinta, físicamente, de alguien que tenía una oportunidad para tener éxito en la NBA«.
Sin embargo ese éxito no llegó. Las lesiones también se interponían cada vez que su juego intentaba despegar y su confianza no mejoró. En 2005 llegó George Karl a Denver y un mes después el georgiano hacía las maletas con destino Golden State Warriors. Durante sus tres años en el equipo, ‘Skita’ jugó 143 partidos en los que promedió 3,2 puntos y 1,9 rebotes, con poco más de un 30% de acierto en tiros de campo.
Solo disputó 29 encuentros entre Golden State Warriors, Minnesota Timberwolves y Phoenix Suns. Fue suficiente. En 2006 decidió volver a Europa y aterrizó en el Caja San Fernando español. Desde entonces ha jugado en 10 equipos repartidos entre España (Caja San Fernando, Fuenlabrada y Lagun Aro GBC), Italia, Grecia, Irán, Emiratos Árabes Unidos y el Líbano, donde juega en la actualidad.
Pero no se rinde. Estuvo en julio en Las Vegas jugando las ligas de verano para demostrar quién es y cómo juega. Sabe que es difícil volver a su edad pero confía en sí mismo como nunca lo había hecho. «Soy 100 veces mejor de lo que era. Nunca he estado en mejor forma y nunca he jugado mejor que ahora. Pero es difícil para los equipos entenderlo, porque miran el número, la edad».
Su mayor deseo sería volver a Denver y mostrar «que no fue un error».
«Cuando me eligieron en el Draft no debería haberlo cogido, tendría que haberme quedado en Europa un par de años más. Pero no puedes decir ‘no’ a ser el nº5. Puede que nunca vuelvas a la NBA. Esto era algo garantizado, era mi oportunidad. Tenía miedo por el futuro».
¿Conseguirá ‘Skita’ resarcirse y cambiar la etiqueta impuesta tantos años atrás? Desde luego voluntad, confianza y energía no le faltan.
«Si alguien me diera la oportunidad… Estoy tan seguro, tan confiado, de que puedo jugar».