New Orleans, ocho jugadores; Golden State, nueve jugadores. Entre los efectivos dispuestos por ambos equipos sobre el parqué apenas superaban los de una plantilla entera de cualquier franquicia. El NOLA-Warriors fue el partido de las bajas, el partido de dos equipos que además, y no es casualidad, están en el fondo de la tabla del Oeste. Ganaron los Pelicans (108-100). NOLA es penúltimo del Oeste con 4-9 y los Warriors son últimos, con 2-12 y el peor balance de toda la NBA. Todo lo que ha sucedido en Golden State en los últimos meses, su caída desde las Finales a ser el peor equipo de la competición da para una serie.
Reddick contra Paschall
Aunque de todos los problemas siempre se sacan cosas interesantes. J.J. Reddick, veterano curtido en mil historias, tiró de NOLA para liderar a los suyos con 26 puntos y 6/11 en triples. Los Pelicans, que contaban con las bajas de Zion Williamson, de Josh Hart o de Brandon Ingram, por hablar de las ausencias con más renombre, se pusieron en manos del exjugador de Duke, pero también de Jrue Holiday y del novato Nickeil Alexander-Walker — 19 puntos y capaz de sacar partido de las grandes oportunidades que hay ahora en New Orleans — para tener un buen dominio del partido ante unos Warriors que jamás se terminaron de ir del todo del partido, jamás se pusieron por delante tampoco y que tienen en Eric Paschall a su mejor noiticia: 30 puntos y máximo anotador del choque. De los míticos de los Warriors solo estuvo en pista Draymond Green. Ky Bowman, contrato dual y 19 puntos desde el banco para él, igualó su mejor marca anotadora en la NBA, a la que acaba de llegar.
Los Warriors, 2-12, llevan siete derrotas seguidas y tienen a D’Angelo Russell de baja al menos para dos semanas. El martes viajan a Memphis, mientras que NOLA recibe el mismo día a los Blazers, en los que quizá haya debutado la noche previa (ante los Rockets) Carmelo Anthony.
(Fotografía de portada: Chris Graythen/Getty Images)