Al descanso, el partido ya olía a más que sentenciado.
Gran primera parte de los 76ers, que supieron aprovechar unos terribles primeros 24 minutos de los Blazers para batirles por 114-89 y sumar su quinta victoria de la temporada.
Como un bailarín que conoce cada paso a dar para realizar la mejor de sus coreografías, Jahlil Okafor destrozó la inexistente pintura de Portland durante esa primera fase del encuentro, llegando muy rápido a 17 tantos y demostrando que en ataque es un jugador exquisito. El pívot terminaría con 25 puntos y 10 rebotes.
«Creemos que estamos jugando un buen baloncesto últimamente, y eso se está confirmando durante los partidos», afirmaba un contento Brett Brown.
De nuevo Ish Smith (16 puntos) apareció para confirmar que sin duda él es una de las grandes noticias que han sucedido en Philadelphia en los últimos meses; y siendo secundado por unos activos Richaun Holmes y Robert Covington, con 17 y 16 tantos respectivamente.
Blazers, hechos jirones
El primer tiempo de los Blazers es de esos que hay que olvidar y no volver a repetir en mucho tiempo. Una mezcla de cansancio, desidia y desacierto se apoderó de ellos, generando una barrera anotadora insalvable que ni Damian Lillard era capaz de derribar.
El base, incómodo como hacía ya bastantes partidos que no estaba, nunca llegó a encontrarse a sí mismo y terminó con 14 puntos, los mismos que sumaría Meyers Leonard. Otro gris encuentro de C.J. McCollum (13 puntos) para unos Blazers que rompen así su racha de tres triunfos consecutivos.
«Nunca hemos llegado a tener el ritmo del partido. Philly logró mantener su presión a toda/media cancha, y los disparos que realizamos no entraron», terminó de sentenciar Terry Stotts, técnico visitante.