Obi Toppin se llevó de forma clara un Concurso de Mates que no pasará a la historia de la NBA. El de los Knicks se impuso sin demasiados problemas a Cole Anthony, Jalen Green y Juan Toscano-Anderson, que tuvieron muchos problemas para completar sus intentos y pusieron en bandeja de plata el título al ala-pívot, que, sin necesidad de un gran concurso, no tuvo prácticamente rival.
Toppin fue de hecho el único en llevarse algún 10, puntuación que Dominique Wilkins le otorgó en su primer intento tras saltar a un ayudante mientras se pasaba el balón por detrás de la espalda, aunque no todos los jueces lo vieron con tan buenos ojos y sumó un 44 en total. Algo similar ocurrió en el segundo, en el que recibió también un 10, en este caso de parte de Clyde Drexler, tras lanzar el balón a tablero, pasárselo entre las piernas, y machacar de espaldas. No obstante, todo esto le hizo llegar muy justo al momento de hundir el balón en el aro, y la forma tan poco poderosa en que introdujo la bola fue seguramente lo que le restó unos puntos que, sin embargo, no le privaron de pasar a la final.
Le acompañó a la segunda ronda Toscano, quien, por su parte, arrancó sumando 44 puntos tras machacar saltando por encima de Andrew Wiggins con un balón que tenía recién impresa la firma de Julius Erving. En su segundo intento, a sabiendas de que 40 puntos le metían en la final debido a las puntuaciones de sus rivales, no corrió riesgos y certificó su clasificación con un mate a aro pasado, dejando la sensación de que se reservaba lo mejor para la hora de la verdad. Pero no era el caso.
Antes, Cole Anthony había sido el encargado de abrir el concurso, y lo hizo pidiendo la asistencia de su padre, el ex jugador de los Knicks Greg Anthony, y cambiándose sus zapatillas por unas botas de vestir que sin duda dificultaron su salto. Esto, sumado a que el mate requería coger el balón de las manos de su padre y hacer un molinillo, le hizo requerir de varios intentos, pero terminó consiguiéndolo y llevándose 40 puntos del jurado. En el segundo, por contra, consumió todos sus intentos, de modo que, aunque la acción era muy prometedora, no pudo recibir más de 30.
Jalen Green, por su parte, también necesitó muchos intentos para realizar su primer mate, e incluso tuvo que renunciar a pasarse el balón entre las piernas para poder completar su intento, lo que le dejó en unos 38 puntos que le pusieron muy en contra el concurso. Su segundo mate, girando en el aire y pasándose el balón entre las piernas, necesitó también varios intentos, aunque la dificultad le hizo recibir 45 puntos que le dejaron en tercera posición.
Toppin se impone en una final descafeinada
Toscano abrió la final de manera muy decepcionante, con un mate muy simple que le hizo quedarse en unos escasos 39 puntos y dejó el camino libre a Toppin. Este buscó en su primer intento un mate complicadísimo que implica hacer chocar el balón contra tablero sin soltarlo antes de hundirlo, pero tras dos fallos desistió y cambió a uno que implicaba lanzar el balón a tablero, pasarlo entre las piernas, y machacar con mucha potencia. Esta acción le dio 45 puntos, que le pusieron en cabeza con un cierto margen.
La cosa no mejoró para Toscano en el segundo, pues su intento de remedar el famoso mate de Jason Richardson lanzando el balón desde detrás del tablero y machando de espaldas no llegó a buen puerto y le hizo sumar 30 puntos que convertían a Toppin en campeón independientemente de lo que hiciese en su última acción. El de los Knicks aprovechó por tanto para realizar el mate que había dejado a medias en el primer intento, y estaba vez sí logró culminarlo, sumando 47 puntos que supusieron la máxima puntuación de la noche.
De esta forma, el ala-pívot se coronó en un concurso sin demasiada emoción en el que sus rivales fueron poco a poco cayendo a base de intentos fallidos. Desde luego, no será uno de esos concursos que los aficionados se lleven en la memoria, pero Obi sí se llevará a su vitrina el trofeo que le acredita como el mejor matador de la liga.
(Fotografía de portada: Jason Miller/Getty Images)