Tienen el mejor balance de toda la NBA, un 8-1 casi impecable solo salpicado con la mancha del debut inicial y la derrota ante los 76ers. Luego, ocho triunfos en fila, el último anoche, ante los Mavericks. Nadie menos los verdes firman ahora mismo en toda la competición una única derrota. Los Celtics que generaban algunas dudas en este estío han conseguido desplazarlas de un manotazo. La vida es bonita en Boston, de momento.
Ayer, sólido 116-106 a los Maverciks. Boston dominio prácticamente el marcador durante todo el encuentro, salvo un par de minutos. La delantera en el electrónico no supone necesariamente que fuera una noche plácida en el Garden. Boston tiró del encuentro, empezando por un Kemba Walker que sigue siendo su faro. Pero delante tenía a unos empeñados Mavericks, capaces de no irse jamás de la velada. Pregunten aquí, claro, por Luka Doncic, excelso nivel para él, capaz de contestar los golpes del rival con 34 puntos, 6 rebotes y 9 asistencias. Que Walker (29 puntos) bailaba y anotaba sobre el parqué del TD Garden, pues Doncic respondía.
Una recta final digna de estrellas como Kemba
La noche estaba en todo lo alto para algunos, no para Kristaps Porzingis (1/11 en tiros de campo) sí para perfiles como Walker, Doncic, Maxi Kleber (15 rebotes), Jaylen Brown (25 puntos) o Marcus Smart, que dejó en un pase de espaldas tras robo una de sus seis asistencias (generó 17 puntos).
Mediado el último cuarto Dallas conseguía alcanzar al enemigo (86-86) e incluso tomó la delantera (90-92). En una noche aciaga también en el tiro para Jayson Tatum, Walker siguió a lo suyo y registró 10 puntos en este último cuarto crucial, con tres triples. Boston se marcó un parcial final de 22-13 contra el que ya sí nada pudo hacer el cuadro texano.
Dallas, 6-4, es séptimo del Oeste mientras que Boston y su 8-1 (ya sin Gordon Hayward) lideran, como decimos, no solo el Este sino toda la NBA.
(Fotografía de portada: Streeter Lecka/Getty Images)