Si hay un equipo que ha salido perdiendo con la decisión de Kevin Durant es Oklahoma City Thunder. Tras llegar a las Finales de la Conferencia Oeste y llevar a los Warriors –nuevo equipo de KD35– hasta el séptimo partido, muchos vislumbraban un futuro brillante para la franquicia, sobre todo porque justo ese resultado les daba muchas papeletas para seguir contando con él tras la agencia libre.
Nada más lejos de la realidad. Durant ha puesto rumbo a Oakland y los Thunder quedan ahora en una situación que supera por mucho el adjetivo de incómoda.
La primera idea que salta a la cabeza es la de reorganizar el equipo en torno a Russell Westbrook, quien pasa a ser ahora único jugador franquicia del equipo, y sobre el que se podría construir, sin duda, un grupo que siguiese peleando por estar entre los mejores del Oeste. Otra cosa es el anillo.
Esa solución, la más sencilla a priori, no lo es tanto si nos atenemos a que el jugador formado en UCLA entra en su último año de contrato; es decir, podría enterrar aún más el futuro de los Thunder dentro de 12 meses.
Es por ello que cualquier trabajo que se haga pensando en él debe hacerse siempre bajo la premisa –más bien promesa– de que continuará en el equipo tras la próxima agencia libre, puesto que en caso contrario la salida –más dolorosa– debería ser otra: buscar un traspaso.
Margen salarial
Si Oklahoma decide mirar al frente sin pensar en qué hará Westbrook, al menos cuentan ahora con cierto margen salarial. Contando con que Dion Waiters se marchase (es agente libre restringido) y que decidiesen dejar de contar con Ersan Ilyasova y Anthony Morrow (no tienen el contrato garantizado), podrían sumar unos 32 millones de dólares respecto al tope salarial; por lo que podrían moverse en el mercado.
La pregunta ahora es con qué animo irían en busca de otros jugadores cuando acaben de perder al MVP de la temporada 2013-14.