Si fuera por nombres (Rondo, Gay, McLemore, Cousins) pocos se atreverían a dejar a los Sacramento Kings fuera de Playoffs. Sin embargo, el pasado reciente no habla muy en favor de la franquicia californiana. Nombres, sí. Armonía y regularidad en la cancha, escasa.
Pero parece que las cosas están cambiando en Sacramento en pos de tomar el rumbo correcto. George Karl, con más de 1.000 victorias presidiendo banquillos en la NBA, aterrizó en la franquicia el pasado mes de febrero.
Durante esta agencia libre lo ha hecho Rajon Rondo, maestro de la dirección si recupera una versión decente de sí mismo. Y tienen a DeMarcus Cousins. Hasta su lesión el año pasado, los Kings estaban practicando un gran baloncesto y su posición en la tabla así lo reflejaba. Ahora están todos y están sanos, y por si no fuera suficiente, piezas interesantes para la rotación se han ido añadiendo (Seth Curry, Marco Belinelli, Caron Butler, Kosta Koufos, Willie Cauley-Stein).
Omri Casspi, quien guarda una estrecha relación con Cousins y decidió volver a firmar con los Kings un nuevo contrato, debe ver también las pepitas de oro en este cesto de arena.
«Me gusta Sacramento. Siento que tuve una gran conexión con el entrenador (Karl) el año pasado. Siento que la dirección que está tomando el equipo finalmente está cogiendo velocidad y en las coordenadas adecuadas. Siento que tenemos un buen equipo. Siento que quiero ser parte de algo que está creciendo, que puede competir por los Playoffs y alcanzarlos, situándonos en una posición para poder ganar campeonatos», explicaba el israelí a James Herbert, de CBSSport.
Los Kings han finalizado las dos últimas temporadas con un récord de 28-54, y no abordan los Playoffs desde la temporada 2005-06.