Orlando no se achanta ante ‘la relevación’ del la conferencia

En el baloncesto, cuando la técnica te acompaña, la confianza pasa a serlo casi todo. O incluso todo. Que vengas de no meterla en una piscina las dos últimas semanas es lo de menos. Si en el primer intento notas que tu muñeca hace ‘clic’ y sientes como un hormigueo te recorre el cuerpo, puede que estés ante una de esas noches. Una noche en la que ves y anticipas el ‘chof’ varias décimas antes de que este se produzca. El fondo de la red se convierte en el corolario lógico y prácticamente único cada vez que tus tobillos se elevan y tu muñeca escupe.

Aaron Gordon, que encaraba ayer el encuentro ante los Cleveland Cavaliers –equipo revelación de la Conferencia Este con permiso de los Knicks y de Jorge– con un 2 de 20 desde larga distancia en este comienzo de temporada, sintió como esa sensación le embriagaba en el tercer cuarto, en un momento en que la igualdad en el marcador era absoluta y el encuentro clamaba por un líder que lo atase.

El ala-pívot enchufó los dos primeros nada más abrir el duelo, y se quitó las telarañas y los miedos; entonces empezó a pedir el balón desde el perímetro, sabiendo que cualquier centímetro que le dejasen en el punteo lo convertiría en letal. Uno tras otro, Gordon, dunker por excelencia, hiló suave y con tino para una serie de 6 de 8 en triples que rompería el encuentro, abriendo una brecha (18-38 de parcial) ya insalvable para el último cuarto. Los Magic ganaban a los Cavs (103-83), se ponían 5-2, segundos del Este, y uno de sus jugadores clave recobraba la confianza desde el tiro exterior, el intangible más importante de todos.

Los demás

Otros datos del partido nos ofrecen a un Nikola Vucevic (23 puntos y 8 rebotes) que dejó patente ante Drummond, Maker y Mcgee, quien es el verdadero All-Star en la pintura, un Khem Birch cuya importancia en ataque este curso va claramente a más (12 puntos, 12 rebotes) con Steve Clifford concediéndole más tiros, y que a Markelle Fultz hay que verlo a él y no al boxscore para entender la trascendencia que empieza a tener este jugador: verlo con el balón y verlo compartirlo empieza a ser un verdadero gustazo.

Los Cavs, aunque patinaran en la segunda mitad, siguen por el buen camino, pues su energía y ganas de competir sigue siendo intachable en este arranque. Collin Sexton volvió a ser su motor (24 puntos) Cedi Osman su IQ (18 puntos, 7 rebotes), y Drummond su máquina infalible de atrapar rebotes (10 puntos y 14 capturas). Y esto sin Kevin Love, y con la ausencia añadida de Darius Garland e Isaak Okoro. Dante Exum (día de la marmota lo suyo ya), se lesionó en una pierna a los 47 segundos de saltar al parquet.

Habrá que seguir poniéndose partidos de estos Cavs. Y de estos Orlando Magic.

(Fotografía de portada de Douglas P. DeFelice/Getty Images)


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