La proliferación de los juegos fantasy y la habitual costumbre de los analistas NBA de exprimir al máximo las estadísticas están en el origen de la «curryline», que ha pasado a convertirse en un estándar estadístico que va más allá de los fantasy, para convertirse en un referente sobre determinados aspectos de juego.
La curryline es una medida de la incapacidad de los jugadores para contribuir al juego repartiendo asistencias, poniendo tapones o robando balones, y en cambio la capacidad, de dudosa validez individual y colectiva, para perder balones. El indicador de Curryline se calcula del siguiente modo:
Curryline = (Tapones + Robos + Asistencias) / Balones perdidos
¿Qué significa este indicador?
- Si curryline = 1 indica que la suma de tapones, robos y asistencias es igual a balones perdidos. Es decir, toda la producción del jugador en robos, asistencias y tapones es idéntica a sus errores, sus pérdidas de balón
- Si curryline es menor que 1 significa que los balones perdidos superan la suma de las otras tres categorías estadísticas
- Si curryline es mayor que 1 significa justo lo contrario
El caso de Curry es especial porque a lo largo de su carrera este indicador le ha colocado como uno de los peores jugadores en este ratio. Su mejor marca fue en su año de rookie (1,36). El resto de su carrera ha presentado siempre indicadores inferiores a uno. Lógicamente este indicador no podía tener otro nombre que el de Eddy Curry, y su legado estadístico está ahí.

Ese es su legado. La «línea de Curry». Con 521 partidos como profesional ha repartido 287 asistencias, robado 155 balones y puesto 382 tapones. En esos 521 partidos ha perdido 1.167 balones. Echad cuentas.