En la previa de los Indiana Pacers para la presente temporada hablamos de cómo su cultura, su carácter competitivo, les impedía dejar simplemente que la campaña 2025-26 de la NBA pasase sin pelear, sin demostrar que en 49 estados es solo baloncesto, pero esto es Indiana. Lo mantenemos, pero ello no evita que apunten a verse obligados a cambiar de opinión.
Así es. Si no contar para todo el curso con Tyrese Haliburton y saber que por un mes no estaría disponible T.J. McConnell fuese poco, en los últimos días hemos conocido las lesiones de otras dos piezas claves en el esquema de Rick Carlisle: Bennedict Mathurin y Obi Toppin.
El primero de los mencionados ha sufrido un esguince en el dedo gordo del pie derecho y será evaluado semana a semana. Más grave es la dolencia del ex de los Knicks, quien debe enfrentar una distensión en los isquiotibiales que le tendrá al menos un mes fuera de combate.
Lo cierto es que parece que tienen el gafe. Los actuales subcampeones de la NBA ya perdieron en la jornada inaugural a Andrew Nembhard, quien sufrió una distensión en el hombro izquierdo y aún no tiene fecha de regreso.
Volviendo a Mathurin, es una verdadera pena que haya tenido que parar tras un excelente comienzo de campaña; no en vano en dos partidos estaba promediando 31 puntos y 7 rebotes con un 55 por ciento de acierto en tiros de campo.
Unos Pacers acostumbrados a reaccionar
El 0-3 actual es una losa importante para los de Indianapolis, ya que tal marca se suma a una cascada de lesiones que les ha dejado en cuatro, ya que solo tienen ocho jugadores disponibles para el próximo partido ante los Dallas Mavericks. Hay poco a lo que agarrare, pero al menos la estadística dice que ya comenzaron 0-3 en las campañas 2015-16 y 2019-20 y que ambas terminaron siendo equipo de playoffs.
(Fotografía de Kamil Krzaczynski-Imagn Images)
