El nuevo convenio colectivo pactado por la NBA y la Asociación de Jugadores incluye también diversas modificaciones en la forma en que los nuevos entrarán a la liga. En concreto, a partir de 2024 todos aquellos jugadores que quieren ser elegibles en el draft deberán participar de forma obligatoria en el Draft Combine, un evento en el que sus aptitudes físicas y atléticas son medidas para que las franquicias puedan familiarizarse con ellos. Hasta ahora, muchos de los jóvenes que aspiraban a ocupar posiciones altas evitaban este proceso, pero a partir de ahora tendrán que someterse necesariamente a él.
En concreto, estarán obligados a pasar el reconocimiento médico y compartir su historial clínico, así como a realizar determinados test de movimientos biomecánicos, fuerza y agilidad, rondas de tiro y otras pruebas de rendimiento. Además, se someterán a entrevistas con los equipos y con la prensa, y atenderán a las sesiones de desarrollo programadas por la NBA. Estarán exentos, eso sí, de participar en los ejercicios de 5 contra 5, en los que habitualmente solo unos pocos aspirantes a ser elegidos en primera ronda participaban.
La norma, por otra parte, cuenta con algunas excepciones, pues contempla la posibilidad de que determinados jugadores no puedan acudir en la fecha establecida ya sea por jugar en FIBA o por enfrentarse a situaciones personales como la enfermedad de un familiar, el nacimiento de un hijo o una lesión. No obstante, tendrán que pasar las pruebas mencionadas más adelante, y sus resultados deberán ser compartidos de la misma manera que los de los demás aspirantes. En caso de que les fuera totalmente imposible hacerlo en otro momento, no podrán presentarse al draft.
Un cambio muy solicitado
Esta es una petición que muchas franquicias llevaban tiempo realizando, ya que la decisión de muchos jugadores de no someterse a estas pruebas generaba un cierto oscurantismo con respecto a su estado. De hecho, desde sus círculos se elegía a qué franquicias se facilitaba información y a cuáles no, generando dudas a aquellas por las que el jugador prefería no ser escogido y condicionando por tanto su decisión. Además, el Draft Combine como tal ganará en interés dado que ahora todas las futuras estrellas tendrán que pasar por él.
Por otro lado, esta decisión implica otro cambio, pues ahora los jugadores que, en lugar de decantarse por la liga universitaria, elijan otras opciones como el Ignite de la G League o jugar en algunas ligas extranjeras para forjarse antes de entrar en la NBA, no serán automáticamente elegibles al cumplir los 19 años. Mientras que quienes formaban parte de la NCAA tenían que declararse elegibles, este no era el caso para quienes se decantaban por estas rutas alternativas, mientras que ahora que la obligación de presentarse al Combine es mutua, será esta la que marque su elegibilidad.
Aunque pueda parecer un cambio menor, esta modificación puede afectar a la manera en que muchos jugadores no tan desarrollados afronten estas vías. Aquellos que quisiesen pasar algunos años más fogueándose antes de buscar entrar en la NBA las miraban con recelo dado que les convertían automáticamente en elegibles en el siguiente draft, pero ahora que son ellos quienes podrán decidir cuándo presentarse, tal vez sean más propensos a tomarlas.
(Fotografía de portada: Stacy Revere/Getty Images)