Fue uno de los jugadores implicados en la operación que terminó con Chris Paul en Houston y que puso a un buen número de nombres en los Clippers como parte de la trasferencia. Una empresa exitosa, sobre todo para CP3, dónde además los Rockets mataron dos pájaros de un tiro, pues además de adquirir a una de las estrellas de la NBA, pudieron satisfacer los deseos de uno de sus hombres, Patrick Beverley, quién ya había solicitado a Houston su salida de la franquicia. El verse envuelto en el traspaso de Paul colmó sus expectativas y salía de Texas tras cinco cursos en la liga, dónde debutó precisamente Houston en 2012.
“Lo pedí”, ha asegurado ahora sobre su traspaso el de Illinois. Lo ha hecho a Adrian Wojnarowski, de ESPN. “Pedí un oportunidad mayor de mostrar mis habilidades a un alto nivel. Tuve la suerte de que los Rockets lo hicieron muy bien conmigo y me pusieron en una situación donde podría prosperar y tener éxito. Podrían haberme arrojado a cualquier parte, pero lo hicieron muy bien y les respeto por ello”.
A sus 29 años, Patrick Beverley es un jugador de experiencia contrastada en la NBA, dónde ha promediado en temporada regular 9,3 puntos, 4,1 rebotes y 3,4 asistencias en 291 partidos. En los recientes playoffs de 2017, compitió en 11 duelos con los Rockets, todos de titular, y firmó 11,1 tantos, 5,5 capturas y 3 pases de canasta por choque. Alcanzada la madurez profesional, Beverley buscaba un nuevo destino donde tener más protagonismo y ser un nombre más determinante. Y le enviaron a los Clippers. Todos contentos, parece.