Añadir una pieza tan versátil como la de Serge Ibaka supone un importante impulso para cualquier equipo. Pero también un necesario proceso de adaptación a todos los niveles. Para él mismo y para los jugadores ya presentes en el vestuario.
Durante el pasado curso, Ivica Zubac y Montrezl Harell representaban dos perfiles muy afines a los bloqueos antes de correr hacia el aro y hacer daño en la pintura. El segundo también sumaba réditos desde el post up o las isolations. Pero la llegada de Ibaka abre una nueva vía de opciones desde el pick-and-pop, capaz de doblar las defensas y castigar las ayudas.
Paul George, quien recientemente firmó su renovación por el máximo con la franquicia angelina, elogió el impacto del nuevo ‘5’ titular del equipo, aunque admitió estar inmerso en un proceso de adaptación a un jugador de sus características.
«Su spacing es diferente», declaró el alero según recoge el medio The Athletic. «Es la primera vez en mi carrera que juego con un stretch five. Así que sólo se trata de una nota personal. Es algo nuevo para mí y estoy tratando de acostumbrarme a este spacing para atacar mejor las defensas del otro equipo. Estoy acostumbrado a que los jugadores ataquen el aro directamente. Serge, obviamente, puede hacerlo, pero dispara tan bien desde el pop que es algo nuevo a lo que tengo que adaptarme.»
La asociación entre George e Ibaka aún no ha sido fructífera pero las semillas de lo que puede germinar más adelante están presentes. Su presencia permite al quinteto titular el disponer de cinco exteriores, una unidad ofensiva con un inmenso potencial para hacer daño a todos los niveles. Tyronn Lue tiene donde experimentar: en sus dos partidos de pretemporada ha utilizado 18 y 17 jugadores, respectivamente.
«Estamos aprendiendo», prosiguió George. «Estoy aprendiendo dónde le gusta jugar, cuándo va hacia el pop, cuándo irá hacia canasta y cómo utilizar todo eso para generar espacio y atacar.»
(Fotografía de portada de Harry How/Getty Images)