Paul George está en un situación envidiable. Indiana, equipo del que forzó su salida al asegurar que no renovaría, le traspasó a Oklahoma City Thunder. ¿Había destino mejor? Alguno. ¿Había destino peor? Bastantes. George ha pasado de formar parte de unos Pacers cuyo mejor momento parecía ya lejano, a unirse al actual MVP, Russell Westbrook, y a otra estrella de la liga como Carmelo Anthony. Resumiendo: aspira a ganar su primer anillo.
Pese a ese nuevo horizonte que se abre ante sus ojos, George no olvida su salida de Indiana, la cual a su parecer no ha sido tan limpia como parecía desde fuera; tanto es así que define su traspaso como «una patada por detrás».
«Lo tomé como una patada por detrás, como si me dijesen: ‘Vete e intenta ganar a los Warriors. Vete con Russ y que te pateen el culo los Warriors’. Así es como vi el traspaso, porque siendo honesto no tenía idea de que OKC estuviese interesado o de que existiese la posibilidad hasta que el traspaso se hizo», explica a Sam Amick de USA Today antes de recalcar que su deseo no es criticar a su anterior equipo.
«Digo una vez más que no estoy aquí para echar basura sobre Indiana. En esa oficina están algunas de las mejores personas que he conocido en mi vida. Crecí allí y podría quedarme con muchas cosas positivas».
Un desencuentro cultivado
Que Paul George quisiese abandonar Indiana se entendía, pero las razones para ello nunca habían quedado definidas por el principal interesado. Ahora, haciendo memoria, aclara como el traspaso de Danny Granger en 2014 le molestó especialmente.
«He visto a un chico que jugaba en esta organización, que daba todo lo que tenía por ella, y era esencialmente traspasado. Estoy hablando de Danny Granger, que fue uno de los mejores jugadores de la historia de los Pacers y en ese momento fue enviado a Philadelphia 76ers. Estaba luchando con lesiones y ahí es donde lo mandas… Intentaba levantarse, buscaba de nuevo su lugar en esta liga, y lo mandas a los Sixers. ¿Por qué? ¿Porque eso te hace mejor? Tienes que hacer lo correcto con alguien que te lo ha dado todo. Eso me llevó a pensar: ‘¿Qué harán conmigo? ¿A dónde debería ir?’, finaliza bastante lejos de no querer desaprobar el trabajo de la franquicia de Indianapolis.