Los Philadelphia 76ers están en una nube. Marchan 4-0 con la ilusión de los nuevos comienzos. Encontrando en un momento bajo a un rookie que lo puede cambiar todo. La irrupción de VJ Edgecombe se mezcla con el nivel MVP de Tyrese Maxey, los brotes verdes de Joel Embiid, la aspiración de Quentin Grimes a Mejor Sexto Hombre y el rendimiento general de secundarios como Kelly Oubre, Adem Bona y compañía.
Dado el escenario, en el horizonte aparece el regreso de Paul George. Que, según cuenta Jake Fischer en Bleacher Report, «hay optimismo de que pudiese volver a inicios de noviembre» de su lesión. Ahora, la preguntaes si esto es una noticia positiva para Philly.
George viene del peor año de su carrera. No es la primera vez que un curso del alero queda mermado por las lesiones. Sí la primera vez desde su explosión en superestrella que deja números tan vulgares. El alero promedió 16,2 puntos, 5,3 rebotes y 4,3 asistencias con un 43% en el tiro. El contexto era muy complicado, pero George hizo poco o nada por mejorarlo.
En principio, su entrada en el equipo debería ser sencilla, ocupando la posición de 3/4 que es la única que ahora mismo no está cerrada en el quinteto inicial. Formaría con Maxey, Edgecombe, Oubre y Embiid. Lo que resulta más complejo es saber cómo afectará su regreso al reparto de tiros, roles y jerarquías.
(Fotografía de portada de Bill Streicher-Imagn Images)





