Frente a otros lares en los que las esperanzas han desaparecido por completo —¿Qué tal va por Portland Zion?— en Los Angeles la fe es lo último que se pierde. Tras ganar ayer el duelo angelino prácticamente en el último instante, los Clippers encuentran hoy resiliencia en la posibilidad de recuperar a Paul George de su lesión de codo. La propia franquicia ha comunicado que el jugador volverá a ser evaluado en tres semanas para discernir si finalmente vuelve a las pistas este mismo año.
A mediados de enero las noticias eran desalentadoras con George. El alero se lesionó el pasado 22 de enero y pocos días después se confirmaba que probablemente no volvería a jugar. La baja, sumada a la de Kawhi Leonard, suponía la pérdida de las dos máximas estrellas y era lógico pensar en un curso sin playoffs. Sin embargo, los Clippers han aguantado el tirón con un 10-12 de récord sin PG que les tiene en el 50% de victorias. Lo cual supone verles octavos de la Conferencia Este.
La nueva prueba a la que se enfrentará George no implica que su regreso esté más cerca. Pero sí que los Clippers tienen en la cabeza una situación ideal para su vuelta. Cada cierto tiempo surgen rumores alrededor de Kawhi que también apuntan a una recuperación temprana de cara a la postemporada. Tyronn Lue ha preferido dejarlo en un «es improbable».
Sea o no cierto, quizás sea esta confianza una de las grandes culpables de que los Clippers sobrevivan a la desgracia que les rodea. Será en un Oeste venido a menos, pero su lucha va camino de valer una inesperada presencia en eliminatorias. Quizás el karma les recompense con el regreso de una o sus dos estrellas.
(Fotografía de portada de Harry How/Getty Images)