Paul Pierce habla sin pelos en la lengua de Brooklyn, los jovenes o su relación con Ray Allen

Paul Pierce disputará por decimosegunda temporada los Playoffs, pero por primera vez en su carrera lo hará con la camiseta de los Washington Wizards.

En una profunda conversación con ESPN, el veterano alero ha reflexionado sobre los cambios de rutina en su vida profesional, su decepcionante paso Brooklyn, su anillo en Boston o su nueva aventura en Washington donde cree que “tienen todas las herramientas para alcanzar las Finales del Este”.

A sus 37 años, Pierce ha aceptado un rol secundario con apenas 26,4 minutos por noche. El alero hace de tutor para las jóvenes promesas de Washington: John Wall y Bradley Beal. “Yo les digo: ‘Aprended de todas las cosas que hice mal cuando era joven’”, admitió.

Antes de su primer partido de Playoffs, en 2002, Pierce recuerda que no visionó ningún vídeo sobre el juego del rival y ni siquiera seguía rutinas específicas de estiramientos. Al contrario, antes del partido se iba al Burger King y pedía una Whooper y una Coca-Cola grande, todo lo contrario a lo que hace ahora. “No recuerdo la última vez que probé un refresco. Me sabe como ácido”, reconoce.

La edad no perdona; su preparación física

Actualmente está en un peso cercano a los 100 kilogramos y por primera vez en su carrera llegará a los Playoffs por debajo de los 105 kilos.

Su rutina: evita cualquier tipo de comida rápida; sigue un régimen específico que cumple a lo largo de la temporada; bebe agua en abundancia y alguna vez una copa de vino tinto; y realiza estiramientos de casi una hora antes de cada partido.

Y todo ello para tener el rol más secundario de su carrera: 12,2 puntos, 2 asistencias y 4 rebotes en 26,2 minutos.

Su annus horribilis en Brooklyn

“Estoy mucho más feliz. El año pasado fue una situación horrible para mi (Brooklyn). Horrible, de verdad”, señaló.

“Fueron las actitudes de allí. Estábamos rodeados de un montón de chicos jóvenes. Parecían veteranos que no querían entrenar. Le miraba y le decía a Kevin (Garnett): ‘¿Qué es esto?’ Tenía que tirar de ellos en cada entrenamiento”, reconoció Pierce.

Si Kevin y yo no hubiéramos estado allí, el equipo se hubiera partido. Éramos el pegamento del equipo. Los manteníamos unidos cada día”, dijo sobre la situación en Brooklyn.

Pero el jugador que mayor desconcierto le causaba era Deron Williams.

“Tras cerrar mi llegada allí, yo veía a Deron como un candidato al MVP”, reconoció. “Pero cuando pasé más tiempo con él, sabía que eso no es lo que quería. Simplemente no lo quería”, explicó.

“Creo que se sintió presionado en muchas ocasiones. Esa fue mi sensación la primera vez que coincidí con él en el combinado nacional. La prensa en Utah no es la misma que la de Nueva York. Creo que realmente le afectaba mucho”, agregó.

Pierce también compartió vestuario con Joe Johnson, a quién tacha de “profesional afable, pero reacio a convertirse en líder”.

“Joe (Johnson) es tranquilo. No quiere mucha atención. No dice mucho”, dijo. “Teníamos a muchos secundarios en ese equipo. Kevin y yo fuimos allí pensando en que los principales jugadores nos empujarían a nosotros porque éramos los veteranos. Pero terminamos empujando nosotros”, destacó.

Tras la conclusión de la temporada, la gerencia neoyorquina decidió no prorrogarle el contrato y llegó a la agencia libre donde acordó 2 años y 11 millones con los Wizards.

“Me fui a Brooklyn por Kevin”, admitió. Pero le dije: ‘No me gusta esta situación, pero nunca te dejaría si quieres que me quede’. Pero decidieron que no seguiría así que nunca tuve que tomar una decisión. Nunca habría dejado así a Kevin (Garnett)», reconoció.

Garnett tampoco terminará la temporada en Brooklyn, ya que a finales de febrero se acordó su traspaso a Minneapolis. Su vuelta a casa.

“Es muy feliz allí. Me alegro de que renunciara a su cláusula de ‘no traspaso’. Le dije: ‘No te aprecian en Brooklyn. Ellos ni siquiera le utilzan bien’”, añadió.

Pierce reconoce que todavía mantiene un constante contacto con Garnett. Ambos hablan de dos a tres veces por semana. Tienen una gran relación.

Tutor de los jóvenes de Washington y palo a Rondo

“Hablo mucho con ellos acerca de la preparación mental y la consistencia. Les digo a Wall y Beal: ‘¿Vosotros queréis ser buenos o queréis ser muy grandes?’ Porque si quieres ser grande en este deporte, tienes que trabajar duro cada noche”, dijo Pierce.

“Estos chicos tienen el potencial para ser muy buenos. Me encantan, pero a veces no estoy seguro de que entienden lo que necesitan”, matizó.

Ese también fue el problema de Rajon (Rondo). Hay días en los que lo hizo, y otros días que no. Yo creo que es cosa de esta generación. Muchos de estos jugadores están atendiendo desde sexto grado. La NBA está cambiando. Cuando llegué aquí, con mi mentalidad de la vieja escuela, lo daba todo en cada entrenamiento. Ahora cuando tienes 24 o 25 años puedes descansar en algún entrenamiento. Es algo que no entiendo, pero lo intento”, explicó Pierce.

Chicago o Toronto en Playoffs

Los Wizards, a falta de lo ocurra en la última jornada, se enfrentarán en primera ronda a Chicago o Toronto. Dos rivales muy complicados para enfrentarse en la primera ronda de Playoffs.

“No lo hemos hecho muy bien contra Toronto, pero no siento que estemos preocupados. No veo a ningún equipo en el Este y que me diga: ‘Me intimidan, no tenemos tenemos ninguna oportunidad’”, explicó.

“Atlanta es muy buen equipo, pero no les veo ese áurea que asuste”, remarcó Pierce.

¿Qué pasó con Allen?

Así como Pierce ha reconocido un contacto permanente con Doc Rivers, Kendrick Perkins e incluso con Glen Davis, el veterano jugador no ha vuelto a hablar con Ray Allen desde que éste acordara su salida a Miami Heat.

Aunque se hablado mucho sobre su supuesta amistad rota, reconoce que él nunca estuvo tan cerca de Allen como los aficionados creen.

“Era una relación extraña”, matizó. “Todos éramos muy buenos amigos en la pista, pero Ray siempre iba a lo suyo. Era solo su forma de ser. Incluso cuando estábamos jugando juntos, teníamos cenas de equipo y no aparecía. Nos gustaba ir a sus eventos de caridad, pero Ray no aparecía a los nuestros”, agregó.

“Le llamaba y le decía: ‘Ray, hombre, apoyamos todas tus cosas, pero cuando te pedimos que vengas a las nuestras, no apareces’. Recuerdo que cuando Rajon renovó con Boston, tuvimos una pequeña cena de celebración y Ray no apareció”, relató.

“Sé que probablemente Rondo no le caía muy bien, pero él vino para tener una determinado papel. Estábamos juntos en esto”, dijo sobre la formación del Big Three.

“No es una mala actitud de Ray. Tuvimos una gran relación en la cancha. Pero incluso el año que ganamos el anillo, después de los partidos decíamos: ‘Vamos a ir a comer algo y tener una noche con los veteranos’. Llegábamos allí Kevin (Garnett), Sam (Cassell), pero Ray no estaba. En muchos sentidos, Kevin, Sam y yo fuimos el Big Three”, señaló.

Como la mayoría de los mortales, Pierce repasa su carrera y se arrepiente de algunas cosas. No cuidar más su cuerpo en sus primeros años de la liga; no haber jugado antes con Kevin Garnett o no haber podido coincidir con LeBron James con menor edad.

Pero Pierce valora todo lo que ha conseguido y se mantiene firme. La próxima temporada será su última en activo: “He tenido mi tiempo”.


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